jueves, 23 de junio de 2011

Te miro




Por tanto, a ti, oh Jehová, Señor,
miran mis ojos.
En ti he confiado:
no desampares mi alma.
Salmo 141:8


A ti, Oh Jehová, Señor, miran mis ojos. Todos los seres humanos sentimos la necesidad de mirar y admirar aquello que nos es importante. Enfocando la mirada es como se ordenan los pensamientos y se aquieta el alma. Fijando los ojos parece que termina la dispersión de los pensamientos. Cuando los ojos están puestos en Dios, fluye la fe y la esperanza


El consuelo que tenemos en Dios es su promesa "No te desampararé ni te dejaré"


Imagen
El Pequeño Almirante
Alfredo Valenzuela Puelma

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