Pon guarda a mi boca, oh Jehová;
Guarda la puerta de mis labios.
Salmo 141:3
Pon guarda en mi boca, oh Jehová. Los labios parecen ser una puerta para las palabras. Y las palabras tienen un poder significativo. Con ellas alabamos y adoramos a Dios pero también podemos deshonrar a otros.
Todos los seres humanos conocemos los "desórdenes" en el habla, también el salmista; quizás por eso repite la oración: Señor, guarda la puerta de mis labios.
Es la expresión del deseo sincero, de que haya un sello en la lengua para las palabras que no se deban decir.
Imágen
Pontón
Emile Claus
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