domingo, 26 de junio de 2011

Meditar


Se anticiparon mis ojos
a las vigilias de la noche,
para meditar en tus mandatos
Salmo 119:148

En otra versión, este mismo verso dice: "en toda la noche no pego los ojos, para meditar en tu promesa" (NVI).
Se anticiparon mis ojos. Hay cierta vehemencia en esta declaración del salmista; aunque claramente, podríamos pasar noches enteras examinando las escrituras y no agotaríamos la comprensión de su contenido.
 Meditar en tus mandatos. En ocasiones, las palabras sagradas nos deslumbran y nos quitan el sueño. Es como encontrar un tesoro que nos roba el alma y nos llena de emoción.

Creo que meditar los Salmos es un camino solitario, que se enriquece al compartirlo.
Es  como partir el pan; se puede compartir pero cada uno lo saborea de una manera distinta. Estoy convencida de que es el Espíritu de Dios quien, finalmente, nos conduce en la meditación de las Sagradas Escrituras, facilitando su comprensión, arrojando luz y guiándonos hasta llegar al altar de la adoración a Dios. 


Imagen
Ilustracion - Beauty and the Beast 1
Walter Crane

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