Porque tú, oh Señor Jehová,
eres mi esperanza,
eres mi esperanza,
Seguridad mía
desde mi juventud.
desde mi juventud.
En ti he sido sustentado
desde el vientre;
desde el vientre;
De las entrañas de mi madre
Tú fuiste el que me sacó;
para ti será siempre
Tú fuiste el que me sacó;
para ti será siempre
mi alabanza.
Salmo 71:5,6
Nuestra esperanza no es algo incierto, sino por el contrario, hay una suprema esperanza, como lo dice San Pablo: “Cristo, la Esperanza de gloria”. En esa esperanza está anclada nuestra vida.
Nuestra vida ha estado, desde el comienzo, sustentada por Dios mismo. Todos los detalles de nuestro nacimiento fueron diseñados por Él.
Cuando la ansiedad invade el corazón de dudas, es bueno recordar donde está nuestra esperanza, porque, cuando abunda la esperanza el corazón se llena de gozo.
¡Para ti Señor es mi alabanza!
Dedico este Salmo a Minita Sol
Y su precioso bebecito
Y su precioso bebecito
que parece ansioso de
conocer el rostro de su madre.
Un día él también dirá
"De las entrañas de mi madre
Tú fuiste el que me sacó;
para ti será siempre
mi alabanza".
Hoy, esta feliz espera
queda entregada
queda entregada
a la protección de Dios Padre,
dueño de la vida.
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