¡Venid y ved las obras de Dios,
las cosas admirables que ha hecho
por los hijos de los hombres!
Salmo 66: 5
Si nos detenemos un momento para meditar en todo lo que Dios ha hecho, por su creación y por nosotros mismos, surge de forma espontánea la alabanza y la adoración para Él.
La invitación del salmista es a examinar, en nuestra vida, las obras del Señor. Sus bendiciones, sus promesas, pero especialmente aquello que Él nos concede por gracia, sin merecerlo. Su protección, su amoroso cuidado y su bondad.
¡Gracias, Señor, por lo que has hecho en mi vida!
Gracias porque puedo vivir confiando en tu Amor
Si nos detenemos un momento para meditar en todo lo que Dios ha hecho, por su creación y por nosotros mismos, surge de forma espontánea la alabanza y la adoración para Él.
La invitación del salmista es a examinar, en nuestra vida, las obras del Señor. Sus bendiciones, sus promesas, pero especialmente aquello que Él nos concede por gracia, sin merecerlo. Su protección, su amoroso cuidado y su bondad.
¡Gracias, Señor, por lo que has hecho en mi vida!
Gracias porque puedo vivir confiando en tu Amor
pintura: obra de William Henry Margetson
1 comentario:
En los días de su reinado David nunca olvidó que Dios "eligió a David su siervo y lo tomó de los rebaños de ovejas" (Salmo 78: 70).
De la rudeza de las estepas a los finos perfumes del trono.
Mirar hacia atrás y darnos cuenta de lo que Dios ha hecho en nuestra vida, de cómo nos ha protegido y bendecido, es un motivo para agradecer profundamente a Dios.
¡Gracias, Dios de mi corazón!
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