Danos socorro contra el enemigo,
porque vana es la ayuda
de los hombres.
Salmo 60: 11
Cuando estamos enfrentando dificultades o algún tipo de sufrimiento, llega un momento en que nuestros recursos se agotan o son insuficientes para entregarnos alivio. Por otra parte, nuestros enemigos son innumerables, pueden estar en unas circunstancias, en las relaciones interpersonales e incluso pueden estar en nosotros mismos, debido a nuestras debilidades y carencias. Pero tenemos un Dios Todopoderoso que está dispuesto a obrar a nuestro favor, del mismo modo como hace un padre o una madre con sus hijos.
Muchas personas piensan que es de "oportunistas" pedir ayuda a Dios en los momentos de peligro y prefieren seguir confiando en sus propias fuerzas. El salmista en cambio plantea decididamente, que sólo Dios es la ayuda eficaz ante el peligro, el dolor y el enemigo, cualquiera sea su forma.
Pedir ayuda es reconocer la soberanía de Dios y confiar en su misericordia. Por eso el Apóstol San Pablo dice "fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza", en ese sentido, mientras más débiles somos ante Dios, mayor es nuestra fortaleza espiritual que no es sino la manifestación de su santo poder.
Cuando estamos enfrentando dificultades o algún tipo de sufrimiento, llega un momento en que nuestros recursos se agotan o son insuficientes para entregarnos alivio. Por otra parte, nuestros enemigos son innumerables, pueden estar en unas circunstancias, en las relaciones interpersonales e incluso pueden estar en nosotros mismos, debido a nuestras debilidades y carencias. Pero tenemos un Dios Todopoderoso que está dispuesto a obrar a nuestro favor, del mismo modo como hace un padre o una madre con sus hijos.
Muchas personas piensan que es de "oportunistas" pedir ayuda a Dios en los momentos de peligro y prefieren seguir confiando en sus propias fuerzas. El salmista en cambio plantea decididamente, que sólo Dios es la ayuda eficaz ante el peligro, el dolor y el enemigo, cualquiera sea su forma.
Pedir ayuda es reconocer la soberanía de Dios y confiar en su misericordia. Por eso el Apóstol San Pablo dice "fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza", en ese sentido, mientras más débiles somos ante Dios, mayor es nuestra fortaleza espiritual que no es sino la manifestación de su santo poder.
Mano de mamá
Antanas Sutkus
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