miércoles, 2 de mayo de 2012

Tú sabes



Tú sabes mi afrenta,
mi confusión y mi oprobio.
Delante de ti están 
todos mis adversarios.
Salmo 69: 19


¿Habrá algo que Dios no sepa, o algo que escape a su dominio?


Esta es una oración en medio de la aflicción. Oramos no porque tengamos que poner al tanto a Dios de lo que nos ocurre. Lo hacemos porque reconocemos su soberanía, su bondad y su misericordia y también porque esperamos su intervención divina.
Todo queda depositado ante su altar: nuestros temores, angustias, soledad, indefensión, confusión, vergüenza y toda la gama de emociones que nos invaden cuando nos sentimos amenazados y en peligro.


El Apóstol San Pablo, escribiendo a los efesios dice que Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.


¡Oh Señor, Tu lo sabes todo!
¡Tu sabes cuánto te necesitamos!

The sinner
John Collier

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