martes, 30 de abril de 2013

Misericordia y verdad




Encaminará a los humildes
en la justicia
y enseñará a los mansos
su carrera.
Todas las sendas de Jehová
son misericordia y verdad
para los que guardan su pacto
y sus testimonios.
Salmo 25: 9, 10

Misericordia y verdad, son dos términos que se complementan y  nos muestran la manera como el Señor se acerca al ser humano. La esencia de Dios es tan inconmensurable, y su grandeza es tan gloriosamente compleja, que no podríamos entenderlo, con nuestras propias capacidades. Todo lo que sabemos de Él se debe a su propio interés por darse a conocer, "por revelarse"  y mostrar su Amor de Padre. Es también su misericordia y verdad lo que nos capacita para abrir el corazón a sus testimonios e ilumina nuestra búsqueda espiritual, mostrándonos el camino correcto.

Podemos llegar a la comunión íntima con el Señor cuando nos acercamos con humildad y sencillez de corazón. Entonces Él nos muestra sus sendas de misericordia y verdad.

¡Gracias  Señor, por tu misericordia y santo Amor!
¡Gracias por tu Verdad que nos hace libres para amarte!

Pintura: Anchise Picchi

lunes, 29 de abril de 2013

Desde cielos y tierra




Alaben al Señor desde la tierra,
ustedes, criaturas de las profundidades
del océano,
el fuego y el granizo, la nieve y las nubes,
el viento y el clima que le obedecen,
ustedes, las montañas y todas las
colina,
los árboles frutales y los cedros,
los animales salvajes y todo el ganado,
los animales pequeños que corren por el
suelo y las aves,
los reyes de la tierra y toda la gente,
los gobernantes y los jueces de la tierra,
los muchachos y las jovencitas,
los ancianos y los niños

Que todos alaben el nombre del Señor,
porque su nombre es muy grande;
¡su gloria está por encima de la tierra
y el cielo!
Salmo 148: 7 - 13


Este salmo 148 es un grandioso himno de alabanza y adoración a Dios. El salmista, tal como lo haría  un director de orquesta, llama a toda la grandiosa obra de Dios, todo ser vivo y todo lo que existe, a tributar un concierto armonioso, solemne y dulce, como una sola voz, proclamando la grandeza del Señor. 
Una voz que resuene por la eternidad 
porque su nombre es muy grande;

¡su gloria está por encima de la tierra y el cielo!

Pintura: Maxfield Parrish

domingo, 28 de abril de 2013

En tono suave




Bueno es alabarte, Jehová,
y cantar salmos a tu nombre,
oh Altísimo;
anunciar por la mañana
tu misericordia
y tu fidelidad cada noche,
con el decacordio y el salterio,
en tono suave, con el arpa.
Por cuanto me has alegrado,
Jehová, con tus obras;
en las obras de tus manos
me gozo.
Salmo 92: 1, 2, 3 y 4

La alabanza a Dios es un canto del alma que reconoce la grandeza, la misericordia y la fidelidad del Señor. El salmista nos invita a establecer una disciplina de la alabanza: por la mañana... y... cada noche  trayendo nuestra gratitud; en tono suave que es el tono universal del amor.

Bueno es alabarte, Señor. Es bueno principalmente para nosotros mismos. Dios merece toda honra y alabanza eternamente, por ser quien es, por su esencia divina y sus características inmutables; al  reconocer esto, todo queda en orden: Él es Dios y nosotros sus hijos, "ovejas de su prado". 
Cuando nos acercamos a su presencia con nuestros cantos, trayendo los más dulces elogios, derramando nuestra gratitud como ofrenda de amor, nuestro corazón se llena de gozo, porque la alabanza es un camino de doble vía, mientras nuestra voz se eleva, Dios en su misericordia, nos devuelve de su gracia, algo de su presencia santa impregna nuestro corazón, con una alegría pura y verdadera: bueno es alabar al Señor.

La practica de la celebración y adoración a Dios sólo tiene beneficios y en estos versos el salmista nos desafía a incorporarla a nuestro ritmo cotidiano: por la mañana, cada noche, con todo nuestro ser, en voz alta y en tono suave.

¡Oh Señor, recibe hoy nuestra adoración!

Pintura: Silvana Langlois

sábado, 27 de abril de 2013

Dejarse pastorear




El Señor es mi pastor
nada me falta
Salmo 23: 1


No se cuantas veces en estos días he vuelto a estos versos del Salmo 23.
Unos versos inmortales, que memorizados en la niñez y orados con devoción al comprender su significado, nos devuelven al camino correcto, tras los sagrados pasos del Buen Pastor.

Cuando estamos tristes, o en necesidad, estos versos nos hacen descansar en el cuidado amoroso del Señor y si estamos plenos de alegría y abundancia  nos ayudan a expresar nuestra gratitud por las delicadas dádivas de amor con que somos pastoreados.

Tenemos que aceptar que Dios por su naturaleza siempre es quien da, y nosotros, los seres humanos, somos los que recibimos. Cuando olvidamos este principio eterno, caemos en la auto-referencia y nos sentimos auto-suficientes.
Es nuestro Pastor Divino quien nos da protección, descanso, dirección, sustento, aliento, provisión y todo lo que necesitamos. Porque el  Amor de Dios está permanentemente obrando a nuestro favor. Sólo tenemos que dejarnos pastorear.

¡Oh Señor, necesito hoy tus dulces cuidados!
¡Tú eres mi Buen Pastor!

Pintura: Greg Olsen

viernes, 26 de abril de 2013

Dios eterno




Desde el principio Tú fundaste
la tierra,
y los cielos son obra de tus manos.
Ellos perecerán,
más Tú permanecerás;
y todos ellos como una vestidura
se envejecerán,
como un vestido los mudarás
y serán mudados;
pero Tú eres el mismo
y tus años no se acabarán.
Salmo 102: 25, 26 y 27

En estos versos el salmista elabora una alabanza a Dios, Creador y Rey del universo que permanece para siempre. La eternidad de Dios es uno de sus  santos atributos, quizás el más ajeno a nosotros por nuestra naturaleza finita y nuestras circunstancias donde todo envejece, se deteriora, cambia y se transforma. 

Dios permanece inmutable, desde siempre y para siempre; 
como lo dice Apocalipsis: "es principio y fin"

Gracias a este atributo divino de eternidad, tiene más fuerza la promesa gloriosa de Cristo resucitado: "... Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Evangelio según San Mateo). Esta promesa nos permite descansar en la eternidad de Dios y su inmutabilidad. Nuestra vida finita y llena de dificultades tiene una esperanza en la eternidad de Dios y su santo Amor.


Para considerar: estos versos son citados por el escritor 
del libro de Hebreos (Hebreos 1: 10)


Foto: Amanecer sobre el Lago Ladora

jueves, 25 de abril de 2013

Ofrendas




Suba mi oración delante de ti
como el incienso,
el don de mis manos
como la ofrenda de la tarde.
Salmo 141: 2

Es muy hermosa la comparación que hace el salmista entre la oración y el incienso que es preparado cuidadosamente. Un fuego sagrado enciende en el alma la devoción y prepara cuidadosamente las palabras adecuadas para la adoración a Dios. Una vez presentada la oración, esperamos que llegue a  su santa presencia, tal como el aroma agradable y suave del incienso.

Como la ofrenda de la tarde. Seguramente había un hábito diario de ofrecer  adoración a Dios trayendo ofrendas especiales, escogidas con gran esmero, cuidadosamente dispuestas en el santo altar. Si hay ofrenda de la tarde,  también había ofrenda de la mañana.

El salmista nos invita  a cultivar hábitos sencillos pero significativos, para adorar a Dios todos los días de nuestra vida. Y que en ese acto de adoración quede sujeta nuestra debilidad y nuestros temores.

Oh Señor, que mi oración de hoy suba delante 
de ti como el incienso
Quiero que mi ofrenda de hoy sea mi día y mi presente

Pintura: Victor Pasmore

miércoles, 24 de abril de 2013

Mirada de confianza




Por tanto, a ti, Jehová, Señor,
miran mis ojos.
En ti he confiado:
no desampares mi alma.
Salmo 141: 8

Esta es una oración conmovedora y llena de fe en medio de grandes amenazas. El salmista  desea mantener su corazón limpio y puro. La única forma es fijando la mirada en el Señor, dando espacio a su misericordia, esperando que Él intervenga con su poder y su justicia.

La mirada de compasión del Señor es nuestro sustento en las horas críticas, es la fuerza de la Verdad eterna, y también es el gozo del alma en el tiempo del bien.

El libro de Hebreos nos dice que  Moisés "por la fe dejó Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible".

Lo grandioso es que cuando alzamos la mirada para buscar la  protección del Señor,  Él nos sale al encuentro. Tenemos su promesa: "Te haré entender y te enseñará el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Salmo 32)

¡Oh Señor, hoy quiero aprender a mirarte con todo mi corazón!

Pintura: Sylvia Ji

martes, 23 de abril de 2013

Amparo y fortaleza




Dios es nuestro amparo y fortaleza
Salmo 46: 1


Dios es nuestro amparo y fortaleza es una frase que muchas personas a través del tiempo, y muchos de nosotros también, guardan en su corazón como un tesoro, como una gran promesa de Amor, del santo Amor de Dios.

Dios es nuestro amparo y fortaleza. Con esta frase comienza este Salmo 46 que es un cántico de fe, esperanza y victoria.
El estribillo de este Salmo nos da las razones por las cuales podemos mantenernos firmes en esta, nuestra convicción, y dice:
¡Jehová de los Ejércitos
está con nosotros!
¡Nuestro refugio es el Dios
de Jacob!

El Señor es nuestro defensor personal, tal como lo fue en la antigüedad, con todos sus elegidos y sus familias. Dios es nuestro Defensor, Libertador, y Salvador en nuestras pequeñas luchas cotidianas y también en nuestras grandes batallas de fe. Es nuestro refugio en los pequeños momentos de desilusión y de dudas, y también en los momentos de grandes dificultades. Siempre está a nuestro lado rodeándonos de manera imperceptible a nuestros ojos o con espectaculares milagros; porque para Él no hay límites, restricciones ni imposibles.

¡Oh Señor, hoy quiero darte las gracias por 
tu santa protección! ´


Pintura: Louis Welden Hawkins 

lunes, 22 de abril de 2013

En el día de la angustia




A tí, Señor, clamaré;
al Señor suplicaré.
Salmo 30: 8

Hay ocasiones en que nos sentimos como David en este Salmo. La fragilidad de la vida se nos presenta de frente, nos sentimos desvalidos, angustiados y muy afligidos.
Pero también sabemos que el Señor está atento a nuestra súplica y que Él, en su misericordia, nos rescata y nos reviste con su gracia.

El Apóstol San Pablo escribiendo a los Romanos dice:  "no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

En la cultura judía el término de la niñez está marcado por una ceremonia llamada Bar-Mitzbáen, alrededor de los 12 ó 13 años. A partir de su Bar-Mitzbáen, un niño pasa a formar parte de la comunidad  en la devoción religiosa y tiene acceso a las Sagradas Escrituras o Torah.
En el periodo de la niñez usan la palabra "abba" que se podría traducir como papito en nuestro idioma, para referirse al padre de familia, igual como en otros países los niños usan la palabra "daddy". Pero después del Bar-Mitzbáen no está bien visto usar una palabra "infantil".
El Apóstol parece decirnos que cuando nos sentimos atemorizados, "huérfanos" y desvalidos, podemos clamar ¡Abba, Padre!
Dios muestra su ternura, su compasión, y nos acoge como sus pequeños hijos que somos. Recordemos también que Jesús cuando se sintió tan angustiado, horas antes de enfrentarse a cumplir su misión redentora, clamó a Dios usando esta expresión. (Evangelio según San Marcos)

Oh Padre, ¡Que gran consuelo, poder llamarte!
¡Qué gran consuelo recibir tu Amor tan tierno!

Pintura: Keith Proctor

domingo, 21 de abril de 2013

Con gratitud




Cantad la gloria de su nombre;
dadle la gloria con alabanza.
Salmo 66: 2

Dios merece nuestro canto de alabanza. Pero el salmista nos invita a dar el paso siguiente. No se trata solo de cantar, aun con toda la gratitud del mundo que tengamos o sintamos. Cantad la gloria de su nombre es tener conciencia de quién es Dios; significa tener presente su majestuosidad y su grandeza; darle la  gloria con alabanza es dar a Dios lo que le corresponde porque Dios es glorioso en si mismo.

Creo que es de mucha honra Cantad la gloria de su nombre... la gloria con alabanza. De toda la creación somos los que, con gratitud,  podemos tener  el privilegio de entender la gloria y majestad,  la grandeza y eternidad que hay en Dios.

¡Oh Señor, recibe hoy gloria y alabanza a tu nombre!

Ilustración tomada de la web

sábado, 20 de abril de 2013

De acuerdo con la verdad



Enséñame tus caminos, oh Señor,
para que viva de acuerdo con Tu verdad.
Concédeme  pureza de corazón,
para que te honre.
Salmo 86: 11

Un corazón puro y humilde es obra de la gracia de Dios. Nuestra tendencia natural es hacia la obstinación, la auto-referencia y la vanidad. En general nos gusta hacer todas las cosas a nuestra manera, manejando cada situación según nuestro criterio, tomando decisiones según nuestro absoluto parecer; y cuando nos equivocamos nos cuesta reconocer que algo se nos escapó de las manos.

Estar dispuestos a ser enseñados por el Señor, significa acallar nuestro diálogo interno, "hacer silencio" en nuestra habitación interior para que la voz del Señor se escuche con claridad. De este modo su Verdad puede llegar a ser nuestra manera de vivir.

Esta petición del salmista es la oración de quien tiene plena certeza de la sabiduría eterna de Dios, porque sabe que cuando llama, Él responde; cuando pide, recibe y cuando confía puede descansar en la soberanía de Dios sobre todas las cosas y sobre todo lo que existe.

¡Oh Señor, purifícanos en tu amor!
¡Purifícame para que te honre!


Pintura: Brent McCarthy
sitio


viernes, 19 de abril de 2013

Con todo



Te alabaré, Jehová, Dios mio,
con todo mi corazón
y glorificaré tu nombre
para siempre.
Salmo 86: 12


No hay duda que Dios merece nuestra alabanza con todo el corazón, con toda nuestra emoción, con todo nuestro amor.
Pero el salmista David va más allá y hace un voto, un compromiso total: glorificaré tu nombre para siempre. Esto es mirar el futuro y establecer un comportamiento "para siempre", para toda la vida.

En nuestra cultura contemporánea cada vez se hacen menos compromisos, especialmente en el plano espiritual. Como ejemplo nos basta ver que hoy, menos parejas están dispuestas al matrimonio, se prefiere la convivencia; y los matrimonios cada vez más dispuestos a la separación. Con frecuencia hablamos de ser "genuinos" para significar que sólo hacemos aquello que nuestros sentimientos o emociones nos dictan. Hacemos lo que "nos nace" hacer.

David nos muestra lo importante que es sujetar nuestras emociones a la voluntad, practicando disciplinas espirituales siempre, no sólo cuando "nos nace" hacerlo. Esto es perseverar y es también una expresión de profundo amor a nuestro Dios y Padre.

Una disciplina espiritual muy sencilla de practicar, pero muy significativa puede ser reservar unos minutos durante el día, para alabar a Dios, no importa si el día es gris, llueve o es un día esplendoroso. Alabar a Dios con todo el corazón, esto es glorificar su nombre.

¡Oh Señor, ayúdame a perseverar,
quiero alabarte siempre,
cada día!

Pintura: Pier Toffoletti

jueves, 18 de abril de 2013

Buenas cosas



Pues Él satisface al sediento
y al hambriento lo llena de cosas
buenas
Salmo 107: 9

Nuestro Padre Celestial, bondadoso y eterno, se ocupa de todos sus hijos. Extiende su mano de misericordia para satisfacer, con sus maravillas, todas nuestras necesidades.
Todo lo que viene de su mano es "bueno", es imposible que sea de otro modo.

Dios satisface nuestras necesidades físicas y también nuestras necesidades emocionales y espirituales. Jesús ya lo dijo: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados"

Hoy podemos descansar en Él, hacer más consciente en nuestro corazón que el Señor de la Vida es también nuestro Sustentador y satisface todas nuestras necesidades con buenas cosas, en la medida correcta, "buena, apretada, remecida y rebosando". Lo mejor de lo mejor.
Aquella necesidad que sentimos apremiante, en nuestro ser más íntimo, también Él la puede satisfacer.

Jesús puso como ejemplo a los niños. Un niño no se preocupa, ni está preguntándose si sus padres podrán o no,  satisfacer sus necesidades de "pan, techo y abrigo". Estas necesidades tan básicas descansan en manos de sus padres. Un niño sólo es un niño. Por eso Jesús dice: "por nada estéis ansiosos..."  Dios a su tiempo nos saciará de bien  y sedientos y hambrientos, veremos el cumplimiento de todas sus promesas.

¡Gracias Señor, porque en ti somos saciados de bien!


Pintura: Claude Monet

miércoles, 17 de abril de 2013

Lo que permanece




Gloria y hermosura es su obra
y su justicia permanece
para siempre
Salmo 111: 3

Permanece para siempre. "Siempre" es un concepto que nos gusta usar especialmente cuando algo nos produce agrado; pero claramente nos cuesta imaginarlo por nuestra naturaleza finita. Nada de lo que hacemos o tenemos o construimos permanece para siempre. Todo se termina, se corrompe o muere. A diferencia de Dios, que en su infinita perfección y eternidad permanece para siempre y aunque no lleguemos a entenderlo con la razón, paradojalmente, son esas características divinas el sustento de nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra seguridad y nuestra vida.

Para siempre también significa "no-tiempo"  o "sin-tiempo". Nuestro Dios es para siempre, inmutable.  Para siempre es su misericordia, su amor y su capacidad para perdonarnos. Para siempre es su gloria, su eternidad, su justicia. Para siempre son todos sus santos atributos. Por eso al dar a conocer su nombre dice: "Yo soy"

Cuando aceptamos que Dios es "Presente": "Yo soy", podemos aceptar también su invitación a vivir en ese presente, dejando que nuestro reloj pase a ser el misterio de la eternidad; entonces podemos descansar, ser pacientes y disfrutar el regalo de "Ser" hoy, escondidos y protegidos en su eternidad.


Pintura: Anna and Elena Balbusso

martes, 16 de abril de 2013

Desde hace tiempo



Pero Dios es mi Rey
desde tiempo antiguo;
el que obra salvación
en medio de la tierra.
Salmo 74: 12

Pero Dios es mi Rey. Es necesario reconocer, considerar y tener presente la autoridad de Dios. El salmista hace una declaración en tono personal: mi Rey
Ese tiempo antiguo puede significar un tiempo pasado indeterminado, o bien puede referirse a su niñez. De cualquier modo nuestro tiempo, como seres humanos, está escondido en la eternidad de Dios.

Desde tiempo antiguo. Perseverar en nuestras convicciones requiere disciplina y mucho amor a Dios, pero creo que no hay mérito en esto. Lo realmente importante es tener presente que es el Señor con su poder quien obra salvación en medio de la tierra y en medio de nosotros como personas. Lo mejor que podemos hacer es esperar y confiar en su poder y en su misericordia. En medio de nuestras aflicciones, nos desgastamos hasta el agotamiento tratando de resolver nuestros conflictos "con la ayuda de Dios". El salmista nos invita a confiar en el Gran Rey dejando que Él traiga su salvación en medio de nuestra "tierra". Lo hizo antes, en la antigüedad, lo hará hoy también.

¡Gracias Señor, por tu poder que sigue actuando hoy!

Pintura: Paul Gauguin


lunes, 15 de abril de 2013

El Bien y la Misericordia




Ciertamente 
el bien y la misericordia
me seguirán
todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová
moraré por largos días.
Salmo 23: 6

A pesar de que este Salmo 23 es tan conocido y muchos de nosotros lo sabemos de memoria, no había notado que aquí, en esta afirmación hay también una promesa del Señor: Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.

Recientemente, una amiga viajó a visitar a su hija que vive fuera de Chile. Mi amiga que nunca antes había viajado al extranjero estaba con mucha ansiedad, pero el día antes de viajar la vi muy serena, tranquila  y sonriente. Le pregunté como se sentía y me dijo ―Estoy muy bien, porque ya no viajo sola... el bien y la misericordia van conmigo.
Parece sencillo, pero muchas veces nos dejamos invadir por los temores y la ansiedad, sin detenernos para echar mano de lo que Dios tiene dispuesto para nuestra seguridad.

Cuando el bien y la misericordia nos acompañan todo está bien y en orden; y es una bendición que se derrama como una "copa rebosando".

El camino del bien y la misericordia nos conduce directamente a morar con nuestro  Padre Celestial. En otras palabras, esta promesa está garantizada por su Amor y su misericordia.


Fotografía: Road in Autumn - MysteryWoman

domingo, 14 de abril de 2013

En libertad




Guardaré tu Ley siempre,
para siempre y eternamente.
Y andaré en libertad,
porque busqué tus mandamientos.
Salmo 119: 44, 45 


Guardaré tu Ley siempre, para siempre y eternamente.  El salmista no puede ser más enfático: "siempre, para siempre, eternamente", demuestra determinación, voluntad, entusiasmo, compromiso y amor por la Ley moral de Dios. Esa voluntad y ese deseo tan grande de agradar a Dios, sin duda es bendecido por el Señor. Lo bendice trayendo libertad y gozo infinito. Por una parte es el gozo multiplicado de vivir en la presencia del Señor y por otra parte, la libertad de vivir sin ataduras pecaminosas, la libertad de alabar a Dios con manos limpias y un corazón puro.

Y andaré en libertad, porque busqué tus mandamiento. Buscar sus mandamientos, es tomarlos como norma de vida, es permitir que Dios escriba su Ley en nuestros corazones. El Espíritu de Dios nos asiste y nos da la fuerza del amor para lograrlo. 
Sin el Espíritu de poder que viene de Dios, nuestra búsqueda sería inútil, porque nuestra naturaleza inconstante nos traiciona.


¡Oh Señor, danos el don maravilloso 
de guardar tus mandamientos!
¡queremos ser libres para alabarte!

Pintura: Susie Pryor

sábado, 13 de abril de 2013

Perseverando en la esperanza



Seguiré con la esperanza de tu ayuda;
te alabaré más y más.
Salmo 71: 14

La esperanza es el íntimo convencimiento de que la vida y todo lo que hacemos tiene un sentido trascendente. Nuestra esperanza viene de Dios. El Apóstol San Pablo escribiendo a los Romanos lo dice de una manera total: "Si vivimos, para el señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos". Para mi no puede haber una esperanza más gloriosa.

En nuestra vida cotidiana, en la práctica, vivir con esperanza es la completa certeza de que nada escapa del control de nuestro Dios y Padre. Este el motivo primero y último de nuestra alabanza, una alabanza y un canto creciente.

En ocasiones confundimos esperanza con optimismo. Pero el optimismo es sólo una actitud humana, que en nuestro caso y por la gracia de Dios,  proviene de la esperanza que está en la base de nuestra espiritualidad. Porque la esperanza es un regalo de Amor que Dios ha puesto en nuestros corazones. El Apóstol San Pablo en la misma epístola a los Romanos: "esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuanta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor"

¡Oh Señor, gracias por la certeza de 
nuestra esperanza en tu Amor!



Pintura: Kijiro Ota

viernes, 12 de abril de 2013

Una lámpara




Enciendes una lámpara para mí.
El Señor, mi Dios, ilumina mi oscuridad.
Salmo 18: 28


Hoy mientras pensaba en este  Salmo 18, justamente  el sector de la ciudad donde vivo, estaba sin energía eléctrica. Fueron un par de horas en las que muy poco o nada se podía hacer en la casa. 
Una lámpara de emergencia o una vela, no solucionan el problema en su totalidad pero aportan algo de luz, la indispensable para las tareas más urgentes y para evitar tropiezos o caídas.

Este salmo comienza diciendo: "Te amo Señor: Tu eres mi fuerza" y yo quiero agregar "Tú eres mi luz". El Señor en su inmenso amor no solamente es nuestra luz, sino que además, nos proporciona esa luz especial, enciende una lámpara para nuestro uso personal, una lámpara para nuestra alma, que nos da la seguridad de no tropezar, aun en circunstancias difíciles y "tenebrosas".

¡Gracias Señor por esa Luz admirable
que ilumina mi oscuridad!

Pintura: Norman Rockwell

jueves, 11 de abril de 2013

Imperativo




¡Aleluya¡
¡Alaba, alma mía,
a Jehová!
Salmo 146: 1


¡Alaba, alma mía, a Jehová! Con esta exclamación imperativa comienza este Salmo 146, que está dedicado, íntegramente, a alabar a nuestro Dios.


Desde siempre, la actividad humana con mayor significado es alabar a Dios. No solamente porque verdaderamente lo merece, por su poder, su misericordia y todos sus santos atributos, sino también por su tierno amor que nos rodea y nos protege.  
Para nosotros además,  alabar a Dios es importante porque nos mantiene en contacto con su santa presencia, nos ayuda a enfocar nuestra mirada en Él, fortalece nuestro espíritu 
y nos llena de gozo y paz.

"Señor, digno eres
de recibir la gloria,
la honra y el poder
porque Tú creaste todas las cosas
y por tu voluntad existen
y fueron creadas"
(Apoc. 4: 11)



Pintura: J. Kirk Richard

miércoles, 10 de abril de 2013

Corazón roto



El sana a los quebrantados de corazón
y venda sus heridas.
Salmo 147: 3

La primera vez que escuche este verso no podía parar de llorar; porque lo encontré de una ternura que hasta el día de hoy me conmueve. En ese tiempo pertenecía a lo que, mis amigas y yo, llamábamos "el club de los corazones rotos". Esas eran penas de amor adolescente. Pero sin duda todos los días alguien siente que le han roto el corazón.

Sin importar la edad, las penas y decepciones, el desamor, los sueños rotos, las pequeñas o grandes traiciones  nos acongojan y sentimos "roto" el corazón.

El salmista nos asegura que el Señor sana los corazones heridos. Él sabe de aflicciones y soledad; conoce las decepciones, traiciones, burlas y el desamor. Cuando entregamos nuestras penas y quebrantos al Señor, lo hacemos en realidad al Hijo de Dios, el mejor médico, cuya ciencia incomparable es tan grande como lo son su bondad y su dulzura.

El salmista también nos dice que el Señor venda las heridas; es decir nos acompaña durante todo el proceso "terapéutico". Nos acoge en su regazo y pone todo los necesario en nuestras heridas; especialmente "vendaje" suave, limpio, luminoso, que nos llena de fortaleza espiritual.


¡Oh Señor, mi corazón está a salvo contigo!

Pintura: Miriam Schapiro

Dedicado a mi Catita

martes, 9 de abril de 2013

Canto de gratitud



Las misericordias de Jehová
cantaré perpetuamente;
de generación en generación
haré notoria tu fidelidad
con mi boca
Salmo 89: 1

El salmista nos invita a reconocer en nuestra vida cotidiana, las misericordias de Dios. El dice cantaré perpetuamente, es decir siempre; y agrega de generación en generación. Una manera de perpetuar la alabanza a Dios, de generación en generación, es hablando de su fidelidad, de lo que Él ha hecho en nuestras vidas, con nuestros hijos. Otra manera es cultivando hábitos familiares de alabanza y gratitud a Dios.

El Apóstol San Pablo nos recomienda:
"hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (Libro de Efesios)

Cuando estamos en dificultades, o la tristeza inunda el corazón, podemos encontrar alivio trayendo nuestras quejas delante de nuestro Señor, pero sin lugar a dudas, hay una mayor bendición cuando logramos levantar una alabanza; en última instancia, tenemos que agradecer porque nuestro Dios y Padre nos escucha y nos consuela. 

El ejercicio diario de alabar y cantar al Señor por su fidelidad, renueva nuestra fe y nos coloca en la perspectiva espiritual correcta frente a Dios que es soberano del universo.


Ilustración: Nancy Kremiller 

lunes, 8 de abril de 2013

Según esperamos




¡Sea tu misericordia, Jehová,
sobre nosotros,
según esperamos en ti!
Salmo 33: 22


Los Evangelios nos relatan muchos momentos, durante el ministerio público de Jesús, donde personas se le acercaron para recibir su ayuda, pero sólo unos pocos tenían en su corazón la certeza de haber recurrido a la persona correcta. En cada encuentro Jesús obró con gran compasión, y siempre destacó la fe como un don especial.

En nuestras angustias comenzamos a buscar ayuda, pero pocas veces nos dirigimos a Dios con total certeza de que Él, en su misericordia, nos la dará. A menudo, cuando su respuesta tarda, más de lo que estamos dispuestos a esperar, nos asaltan las dudas y nuestra fe decae.

Cuando el salmista dice Sea tu misericordia... según esperamos en ti nos recuerda que lo mejor siempre viene de la mano del Señor y que Él puede llenar nuestras expectativas más altas. Jesús enseñando a cerca de la oración dijo: "pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas 
a los que le pidan?"

Oh Señor, en tu misericordia esperaré.
Confío en tu sabiduría eterna.
A tu Amor me entrego hoy

Pintura: Pier Toffoletti

domingo, 7 de abril de 2013

Maravillosa misericordia




Bendito sea el Señor,
pues mostró su gran amor
por mi
cuando me hallaba en una ciudad
sitiada
Salmo 31: 21

Bendecimos el nombre de nuestro Señor cuando nos damos cuenta de su gran amor, pero creo no equivocarme diciendo que son más las veces en que Él nos bendice, nos protege  nos consuela y nos rodea con su santo amor, sin tener nosotros conciencia de esto. Aun en medio de circunstancias adversas, en medio del peligro, y "aunque ande en valle de sombra de muerte"  el Señor nos rodea con su maravillosa misericordia.
Para mi el ejemplo más claro es la bendición de dormir y descansar, sabiendo que tenemos la protección de su santo amor.

No importan las circunstancias que nos rodean, o los peligros a los que nos vemos enfrentados a diario, el Señor mostrará su misericordia a todos los que confiamos en Él.
Este mismo Salmo dice: "cobren ánimo y ármense de valor  todos los que en el Señor esperan"

¡Oh Señor Tu eres nuestro refugio,
confiamos en tu maravillosa misericordia!


Fotografía tomada en una calle 
de Buenos Aires, Argentina


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