Jehová,
escucha mi oración
y llegue a ti mi clamor.
No escondas de mí Tu rostro
en el día de mi angustia;
inclina a mí Tu oído;
apresúrate a responderme
el día que te invoque
Salmo 102: 1, 2
Esta es una intensa y sincera oración que de pronto se convierte en un verdadero lamento. Es una voz que se eleva porque desea con urgencia alcanzar el oído y el corazón de Dios.
Si en los momentos de aflicción o de dolor, es un alivio ser escuchado por un amigo y sentir su empatía, cuánto mayor solaz es sentir que Dios nos escucha y que atiende el ruego.
Sin duda en este lamento hay también una gota de esperanza. Cuando el salmista dice en forma tan vehemente "apresúrate a responderme", lo dice con la esperanza cierta de que obtendrá una respuesta.
Hay ocasiones en que la angustia se apodera del alma y nos sentimos atrapados en oscuridad y soledad; pero es allí cuando la oración abre la ventana de la fe y deja entrar la luz de la esperanza que resplandece con más nitidez, porque nuestros ojos están limpios.
Si en los momentos de aflicción o de dolor, es un alivio ser escuchado por un amigo y sentir su empatía, cuánto mayor solaz es sentir que Dios nos escucha y que atiende el ruego.
Sin duda en este lamento hay también una gota de esperanza. Cuando el salmista dice en forma tan vehemente "apresúrate a responderme", lo dice con la esperanza cierta de que obtendrá una respuesta.
Hay ocasiones en que la angustia se apodera del alma y nos sentimos atrapados en oscuridad y soledad; pero es allí cuando la oración abre la ventana de la fe y deja entrar la luz de la esperanza que resplandece con más nitidez, porque nuestros ojos están limpios.
Pintura: Marco Manzella
Oración
Oh Señor, apresúrate a responderme,
escucha este ruego por la salud de Haydee.
Amén
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