martes, 28 de agosto de 2012

Grande y ancho mar




He allí el grande y ancho mar,
en donde se mueven
seres innumerables,
seres pequeños y grandes.
Salmo 104: 25

El mar rebosa exuberancia y belleza. En sus aguas se mueven innumerables formas de vida. Una sola ola puede contener millones de seres microscópicos, y es además fuente inagotable de poesía y belleza. No hay que ser poeta para sentirse sobrecogido frente al mar y hacerse parte de esa felicidad azul que no termina de saludar la playa y dar voces al cielo igualmente azul.

El grande y ancho mar, es sólo una de las obras maravillosas de Dios Creador. Un recorrido por este salmo 104 nos hace reflexionar en la grandeza de Dios. Para mi lo más sorprendente es que Dios no hace distinción entre seres pequeños o grandes; no tiene una escala de valoración o importancia. Para Dios toda su creación es preciosa y se ocupa de ella con la misma sabiduría. Por eso es que finalmente, toda la creación es una prolija cadena de vida y dependencia. Dios sustenta su creación desde el principio y de generación en generación.





Fotos de Clark Little
fotografo especializado en "Surf"

2 comentarios:

Rosa dijo...

Precioso, Clarissa; llegar y encontrarme con "tus salmos" es una bendición, y como tal me deleito. Lo grande y lo pequeño está en sus manos, me llena de paz.
Un beso grande, amiga.

Clarissa Rodriguez dijo...

Hola Rosita
Gracias querida amiga por tu comentario.

Las cosas pequeñas, dentro de la creación, nos hablan de la grandeza de Dios, por la complejidad de sus detalles, por su propia belleza o por la forma en que subsisten.
De lo grande, como el majestuoso mar, nos llega alguna evidencia del poder de Dios.
Pero como ya hemos dicho, todo, también nuestra vida y sus detalles, descansa en su mano amorosa.

Un beso

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