domingo, 19 de agosto de 2012

Extendí mis manos



Extendí mis manos hacia Tí
mi alma te anhela
como la tierra sedienta
Salmo 143: 6

Tan necesaria y vital como el agua es para el salmista la presencia de Dios. Extender las manos es un gesto de súplica, esperanza, entrega y adoración.


Nuestras manos jamás vuelven vacías; Dios nos acoge con su santa ternura, derrama su agua de Vida que refresca nuestra alma, revitaliza nuestro espíritu y, como dice el Salmo 103, "sacia de bien tu boca" 

¡Gracias Señor, por el agua de Vida que nos provees!

Pintura: Natasha Newton

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