Te he manifestado mis caminos
y me has respondido;
enséñame tus estatutos
Salmo 119: 26
El salmista busca de muchas maneras, y con muchísimo menos recursos que nosotros hoy, comprender la Ley de Dios. La aprende de memoria, medita en ella, la guarda celosamente; pero anhela más. Esa actitud nos confronta y nos lleva a preguntarnos a nosotros mismos: ¿cuánto amor o consideración tenemos por la Palabra de Dios?
Este salmo está lleno de expresiones como "enséñame", o "hazme entender". En este sentido el salmista es como un niño hambriento de alimento espiritual. Pero un niño que sabe que tiene un Padre de quien depende; un Padre que escucha y responde; un Padre que enseña, corrige, señala, capacita y muestra con claridad y amor el camino de la Verdad, cuando se lo pedimos.
¡Oh Dios y Padre, enséñame tus estatutos!
El salmista busca de muchas maneras, y con muchísimo menos recursos que nosotros hoy, comprender la Ley de Dios. La aprende de memoria, medita en ella, la guarda celosamente; pero anhela más. Esa actitud nos confronta y nos lleva a preguntarnos a nosotros mismos: ¿cuánto amor o consideración tenemos por la Palabra de Dios?
Este salmo está lleno de expresiones como "enséñame", o "hazme entender". En este sentido el salmista es como un niño hambriento de alimento espiritual. Pero un niño que sabe que tiene un Padre de quien depende; un Padre que escucha y responde; un Padre que enseña, corrige, señala, capacita y muestra con claridad y amor el camino de la Verdad, cuando se lo pedimos.
¡Oh Dios y Padre, enséñame tus estatutos!
Pintura: Pavel Filonov
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