jueves, 23 de agosto de 2012

Levanta



Él levanta del polvo al pobre
y al menesteroso alza
de su miseria
Salmo 113: 7

Él levanta del polvo al pobre. Pobres, desvalidos, atribulados, carentes de afecto, son características y circunstancias que pueden describir a los cristianos. El corazón de Dios es conmovido  y nos levanta de nuestra pobreza para incluirnos en las riquezas de su gloria. Somos herederos de su reino. Exaltados desde la miseria a las esferas más altas de lo celestial, sólo por su misericordia, compasión y bondad.


El gran tesoro del Evangelio está puesto en vasos de arcilla. El Apóstol San Pablo escribiendo a los Corintios dice que lo necio y lo débil del mundo escogió Dios, para que nadie tenga dudas de la excelencia de su santo poder y soberanía.

Desde esta perspectiva, con mayor fuerza, podemos afirmar que ni una sola de nuestras humildes  y fervientes plegarias escapa a su oído.

¡Oh Señor y Dios, bendito sea tu nombre!


"Misterio de su huella en cada cosa"
Isabel Guerra

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