jueves, 28 de julio de 2011

Todo el Día



En la tarde, al amanecer
y al mediodía
oraré y clamaré,
y Él oirá mi voz
Salmo 55: 16,17


No importa si llueve, tiembla o sale el sol, si es invierno o verano. Bajo cualquier circunstancia el salmista se propone tomar contacto con su Dios por la mañana, al mediodía y por la tarde. Todo el día.   Es como ir componiendo, a lo largo del día, un ramo de flores tomadas del jardín del alma  y así, al terminar al día, depositarlo en el altar divino al  tiempo que la cabeza va al reposo que ofrece la almohada.


Si mantener saludable nuestro cuerpo físico implica alimentarnos tres veces al día, nuestro débil cuerpo espiritual también necesita ser alimentado con no menor frecuencia. 


Una nota curiosa: Los judíos empezaban el día por la tarde, y por ello David menciona la tarde primero. Los rabinos dicen que los hombres deben orar tres veces al día porque el día cambia tres veces. Esto era observado en la iglesia primitiva; pero los tiempos variaban en los diferentes lugares (Charles Spurgeon)



Imagen
Preparando un ramo de primavera
Victor Gabriel Gilbert

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