No temeré ni a una gran
multitud
que ponga sitio contra mí
Salmo 3: 6
No temeré ni a una gran multitud. Una multitud es intimidante; una gran multitud amenazante puede ser definitivamente apabullante. En más de alguna oportunidad nos ha tocado ver imágenes de multitudes en los estadios, por ejemplo, que arrasan con vallas de seguridad y con todo cuanto se interponga a su paso.
Probablemente el salmista se sienta rodeado de enemigos, muchos enemigos. Tiene la impresión de estar sitiado, inmovilizado y amenazado de muerte. Pero él dice No temeré, porque confía en Dios Todopoderoso.
Nosotros hoy, en ocasiones nos sentimos amenazados de muerte, por una multitud de temores; se multiplican las amenazas y conflictos, reales o imaginarios; nuestros enemigos nos roban la calma, la alegría, el optimismo, la esperanza y, en ocasiones, la fe. Pero Dios no ha cambiado, y sigue dispuesto a brindarnos su ayuda, sigue dispuesto a rescatarnos del peligro, liberándonos de nuestros enemigos. Su misericordia nos levanta y nos hace "más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Apóstol San Pablo a los Romanos)
fotografía: obra de Michael Kenna
4 comentarios:
Que hermosa confianza el poder acogerse debajo de sus alas para sentirse seguro no importa si sea una multitud de gente o de dificultades, de temores, o simplemente inseguridad...... Grande y poderoso es el Señor!!!
Si; Grande y poderoso en nuestro Dios!!
Un gran abrazo, mi querida Glad-is!
que maravilla de salmo.....ALABADO SEA EL SEÑOR....
Carolita,
Nosotras podemos decir que conocemos el poder de Dios.
Gracias por tu comentario
Un gran abrazo
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