jueves, 4 de julio de 2013

¿Por qué estar inquieto?




¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Salmo 42:  11
NVI

Este es el estribillo del Salmo 42 y 43. Una reflexión que tiene un eco en nuestra propia experiencia de vida. 
La angustia y la inquietud son emociones que permanentemente nos acosan; en medio de la fragilidad de nuestra vida, pueden aparecer en cualquier momento; a veces por situaciones que no podemos controlar, otras veces porque tenemos miedo a lo desconocido, o bien porque nos sentimos sobrepasados, como en un callejón sin salida.
Para el salmista la salida es muy sencilla, y dice:
En Dios pondré mi esperanza.

Poner la esperanza en Dios es confiar en los recursos divinos, confiar en el Amor y la misericordia de Dios. Pero por sobre todas las cosas, es confiar en el poder ilimitado que Dios tiene para intervenir en cualquier situación y obrar a nuestro favor. 
Cuando le entregamos nuestras inquietudes y angustias, el Espíritu de Dios nos da la certeza de su compañía y  nos trae paz al corazón.


En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!



2 comentarios:

Beatrice dijo...

Vine a verte Clarissa y encontré la respuesta a mi inquietud.
Gracias, amiga.
Beatriz

Clarissa Rodriguez dijo...


¡Qué alegría tu visita Beatriz, querida amiga!

Gracias por venir y una gran alegría además, compartir "una respuesta"

Es un alivio saber que en Dios podemos descansar, entregándole nuestras inquietudes y temores

Un gran abrazo

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