lunes, 11 de noviembre de 2013

Perdura para siempre



¡Den gracias al Dios de los cielos!
¡Su gran Amor perdura para siempre!
Salmo 136: 26

No podría existir una razón mayor para agradecer a Dios que su gran Amor. El salmista lo repite durante todo su canto, como un estribillo que no termina de expresar toda la gratitud de un corazón que conoce el gran Amor de Dios.

El Amor de Dios es abrumador, no se agota, no vacila, no pone condiciones, es inalterable... perdura para siempre. Esta frase me ha hecho pensar en lo que es "para siempre"  en nuestra vida. Nuestros "para siempre" duran lo que puede durar un estado anímico; en el mejor de los casos durará lo que dure una vida. 
Los "para siempre" de Dios, quieren decir Para Siempre,  por la eternidad.

El Amor de Dios es, en definitiva, una serie de verbos activos que no terminaríamos de mencionar porque tienen relación con "las abundantes riquezas de su gracia" - Efesios 2:6
A modo de introducción o ejemplo, podemos decir que el gran Amor de Dios: perdona, sana, redime, escucha, anima, restaura, conforta, protege, enseña, alimenta... y se extiende a todo ser humano, con bondad, generosidad, compasión y misericordia. El Amor de Dios nunca deja de ser, como dice el Apóstol Pablo, en su carta a los Corintios: "y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor".

Pintura: Steve Hanks

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...