miércoles, 12 de diciembre de 2012

Con mi voz



Con mi voz clamé a Dios,
a Dios clamé
porque Él me escucha.
Salmo 77: 1

En ocasiones es necesario verbalizar, poner en palabras, lo que el corazón siente. Esta oración es la que Dios espera de sus hijos. El salmista nos enseña que podemos clamar cuantas veces sea necesario, no como una voz vacía o un mero desahogo sino porque el Señor escucha ese lamento.

Al venir Jesús al mundo mostró un camino, una vía directa al corazón del Padre Dios. El diálogo entre Dios y el hombre se restableció, porque en Jesús tenemos un mediador.
En el día de la angustia podemos elegir buscar a Dios para encontrar alivio y esperanza.

Jesús dice: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho"

"Natividad mística"
Alessandro Botticelli
1445 - 1510

2 comentarios:

Gladys Lavanderos dijo...

Que bellas palabras! Claro que El escucha nuestro clamor!! Si una madre escucha el clamor de su hijo, más aún nuestro Padre Celestial, cuyo amor es superior al nuestro. Estas palabras nos traen aliento en los momentos de pruebas, dándonos seguridad que no estamos solos en medio de la tormenta. "Clama a mi y te responderé..." (Jer 33:3)"

Clarissa Rodriguez dijo...

Gracias querida por tu aporte. Yo creo que todos l@s que alguna vez hemos rogado por algo o por alguien podemos decir si, "con mi voz clamé" y Dios escuchó mi voz.

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