domingo, 24 de marzo de 2013

La grandeza de lo pequeño

Encuentros con Jesús,
el Salmo hecho Vida



Al que da alimento 
a todo ser viviente
porque para siempre
es su misericordia
Salmo 136: 25


Para iniciar esta semana tan importante para el mundo cristiano y para todos los que amamos al Señor de la Vida, quiero traer algunos eventos narrador en los santos Evangelios,  y que componen una serie de encuentros personales con Jesús, mirándolos como  "Un salmo para el camino".

Es muy conocido el episodio aquel, registrado en el Evangelio según San Mateo,  cuando Jesús, conmovido por la multitud que lo seguía, multiplicó "siete panes y unos pocos peces" para darles de comer.

Para este banquete inesperado, donde más de 4.000 personas participaron, fueron suficientes unos pocos panes y algunos pececillos; recursos muy limitados que puestos en las manos del Señor alcanzaron dimensiones insospechadas.
El detalle que quiero destacar en el relato del evangelista, es que el milagro no solamente cubrió las necesidades de la multitud reunida en aquel lugar, sino que dejó un excedente de siete canastas. Podemos suponer que alcanzó incluso para personas que no estuvieron presentes, que sólo escucharon las novedades.
Así es la bendición del Señor y sus dádivas de amor: hasta que sobre-abunde, porque para siempre es su misericordia.

No importa cuán pequeño sea lo que ponemos a disposición del Señor, es su gracia y su misericordia lo que hará algo maravilloso, una bendición multiplicada que no sabemos dónde terminará, porque para siempre es su misericordia.

Pintura: "El milagro de los panes y los peces"
James Tissot

3 comentarios:

Clarissa Rodriguez dijo...

Los detalles del relato los puedes encontrar en San Mateo cap. 15.

No sabemos en qué momento, ni cómo Jesús realizó el milagro, quizás porque eso no es lo importante.
Real importancia tiene ese asombroso momento en que los discípulos comenzaron a repartir el alimento, viendo que no se terminaba, hasta que todos fueron satisfechos.
Estoy segura que los que estaban allí: unas 12.000 personas(4.000 hombres, probablemente con sus respectivas esposas y al menos un hijo) y también los que escucharon de este milagro, experimentaron un encuentro personal con Jesús, el Hijo de Dios. Un encuentro que invadió el plano espiritual, trayendo el Pan de Vida.
Reflexionando a cerca de este milagro, más de alguna de esas personas, quizás, recordó este Salmo:
"da alimento a todo ser viviente porque para siempre es su misericordia"

Enrique Soto dijo...

La multiplicación de los panes y los peces tuvo que ser un hecho real porque Mateo lo cuenta en dos ocasiones: Mt 14, 13-22 y Mt 15,32-39 pero también Mc 6, 30-46; Lc 9, 10-17 y Jn 6, 1-14. En pocas cosas hay tanta unanimidad.
Mi experiencia es que cada vez que nos reunimos y parece que hay poco pero venciendo el egoísmo natural decidimos compartir lo poco... el resultado es que quedamos satisfechos y hasta sobra. Y luego me acuerdo de este pasaje. Y digo en mi interior: Gracias Señor, no dejes de hacer este milagro.

Clarissa Rodriguez dijo...

Enrique, gracias por tu aporte, querido amigo.

Según las referencias bíblicas que indicas, cabe la posibilidad de que en más de una oportunidad, Jesús haya realizado esta milagrosa multiplicación de panes y peces. O bien, como tu dices se trata de un solo evento tan grandioso y espectacular, al que luego, para contarlo, se le fueron agregando detalles. De cualquier modo, no tengo duda alguna que el Señor multiplica la bendición cuando se comparte en su nombre.

Maravillosa tu experiencia y te agradezco mucho que la compartas aquí.
Nuestro Dios continua multiplicando su bendición sobre
todo ser viviente.

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