sábado, 16 de marzo de 2013

El lugar correcto




Entonces dije:
"Enfermedad mía es esta;
traeré, pues, a la memoria
los años de la diestra
del Altísimo"
Salmo 77: 10

El salmista pasa de estar ensimismado en sus dolencias, 
a centrar su  pensamiento y su oración en Dios.

Traeré, pues, a la memoria... la diestra del Altísimo. Hacer un recorrido imaginario por acontecimientos del pasado no es un simple acto de nostalgia. Es avivar el fuego de la fe con corrientes de aire que vienen del trono de Dios, porque cada vez que Él interviene en nuestra vida deja una huella espiritual y eterna.
En los momentos difíciles, recorrer esas huellas es ir al lugar correcto para elevar nuestra oración.

Hay quienes han dicho que la oración es una forma de huir de la realidad y a mi me parece que en cierto modo es verdad. Representa la búsqueda de una respuesta, y tenemos que reconocer que esperamos que esa respuesta sea lo más pronto posible y lo más parecida a nuestros deseos. Pero desde la fe, ya sabemos que las oraciones son como una semilla que Dios hace germinar. En algunos casos lo hará en poco tiempo; en otros, tardará mucho; más tarde o más temprano acabará dando fruto.

Al salmista le basta su remembranza  para cambiar su estado de animo y surge su afirmación en el Señor. Más adelante, en este mismo salmo, dice:

Si, haré yo memoria de tus maravillas antiguas... Dios, santo es tu camino.

Pintura: Edward Hopper


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