sábado, 12 de octubre de 2013

Bondad infinita



Ten compasión de mí, oh Dios,
conforme a tu gran Amor,
conforme a tu inmensa bondad,
borra mis transgresiones.
Salmo 51:1

El salmo 51 es una súplica desgarradora que expresa un profundo arrepentimiento.  Nos permite de algún modo, visualizar el corazón de un hombre que ama a Dios pero que ha caido en pecado grave. Cuando es confrontado y tiene plena conciencia de su condición, probablemente quisiera "devolver" el tiempo, dar marcha atrás y no haber actuado de la manera que lo hizo, por eso exclama: Oh Dios... borra mis transgresiones.

En la parábola del Hijo Pródigo (Evangelio según San Lucas) hay una expresión que grafica lo que ocurre cuando llega el momento de la verdad, el arrepentimiento  y la necesidad de pedir perdón. El relato dice que cuando el jóven se vio pobre, desamparado, sucio, hambriento y extranjero "volvió en si" . 
"Volver en si" es ser confrontados por el Espíritu de Verdad que ilumina nuestros corazones y nos señala la realidad tal cual es, y podemos entendemos la magnitud de nuestras ofensas a Dios.

David le pide al Señor borra mis transgresiones y realmente, cuando Dios nos perdona, jamás nos "pasa la cuenta"; nos restituye su confianza e incluso nos ayuda a enfrentar las consecuencias de nuestros actos.

El libro de los Hechos de los Apóstoles  nos enseña diciendo: "Así que, qrrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio" (Hechos 3: 19).
Cuando expresamos nuestro arrepentimiento frente a Dios, por faltas cometidas, recibimos la bendición del perdón, que desde mi punto de vista es la más grande bendición que un ser humano puede experimentar.

Pintura: Iman Maleki

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