Vengan, postrémonos reverentes,
doblemos la rodilla
ante el Señor nuestro Hacedor.
Salmo 95: 6
El acto de arrodillarse es también un acto de humildad al reconocer la grandeza y la soberanía del Señor. El Apóstol San Pablo nos enseña, con mucha autoridad, en su carta a los Romanos:
"Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor,
que ante mi se doblará toda rodilla,
y toda lengua
confesará a Dios"
Romanos 14:11
Hoy, la voz del salmista nos invita a unirnos a todos los cristianos que en este mismo momento adoran, alaban, reconocen y se presentan delante del Señor con acción de gracias, con reverencia y mucho amor, para decirle:
¡Me arrodillo ante Ti, Dios mio
Señor del universo!
¡Me arrodillo con el corazón!
El acto de arrodillarse es también un acto de humildad al reconocer la grandeza y la soberanía del Señor. El Apóstol San Pablo nos enseña, con mucha autoridad, en su carta a los Romanos:
"Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor,
que ante mi se doblará toda rodilla,
y toda lengua
confesará a Dios"
Romanos 14:11
Hoy, la voz del salmista nos invita a unirnos a todos los cristianos que en este mismo momento adoran, alaban, reconocen y se presentan delante del Señor con acción de gracias, con reverencia y mucho amor, para decirle:
¡Me arrodillo ante Ti, Dios mio
Señor del universo!
¡Me arrodillo con el corazón!
Ilustración: Jessie Willcox Smith
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