Este es mi consuelo
en medio del dolor:
que tu promesa me da vida.
Salmo 119: 50
Son muchas las promesas del Señor que nos traen consuelo y renuevan nuestra esperanza en el cuidado amoroso de Dios. Nuestra fe y nuestra confianza en Dios al igual que toda la vida humana, se va desgastando con el paso del tiempo; a medida que nos enfrentamos con más y más dificultades del diario vivir, nuestra buenas intenciones se van quedando en el camino. Esta es una de las razones por las cuales es necesario buscar a diario la comunión con el Señor, meditando en su Palabra santa, recordando sus dulces promesas. Estos momentos de intimidad con Dios son consuelo en medio del dolor y un bálsamo para el alma que renueva toda nuestra espiritualidad.
Una de las promesas mas hermosas que encontramos en las Sagradas Escrituras, generalmente la olvidamos o no le damos su real importancia. Es la promesa del Espíritu Santo como "El Consolador" que Jesús hace a sus discipulos poco antes de morir y resucitar. El texto bíblico en el Evangelio según San Juan dice:
"Y yo rogaré al Padre y os dará
otro Consolador, para que esté
con vosotros siempre.
El Espíritu de Dios tiene poder para ayudarnos siempre, en todo momento. Nos ayuda a tomar buenas decisiones, nos consuela y nos fortalece para perseverar en nuestra fe y obediencia a Dios.
¡Gracias Señor
Tu promesa nos da vida!
Pintura: Jan Macdonald
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