Más la misericordia del Señor
es desde la eternidad
y hasta la eternidad
sobre los que lo temen,
y su justicia sobre los hijos
de los hijos.
Salmo 103: 17
Desde la eternidad y hasta la eternidad. Así es la misericordia de Dios, no conoce principio ni final, no está sujeta a cambios de humor o circunstancias. Podríamos decir que la misericordia de Dios "siempre" es y está presente en nuestra vida, en la vida de todos los que reconocen la autoridad y la soberanía de Dios.
Cuando presentamos nuestras úplicas a Dios, lo hacemos porque creemos en la misericordia de Dios; pero pronto emergen las preguntas y las dudas, la ansiedad y la inquietud: ¿Hasta cuando tendré que esperar...? ¿Escucha realmente Dios mis súplicas... ?
El salmista nos invita a confiar en nuestro Dios y nos recuerda que Él "no ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados"
La misericordia de Dios es real, es eterna, no se da con medidas, no es algo que solo a veces se de. Es una característica de
la naturaleza de Dios.
En el libro de Hebreos se nos dice:
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro"
Cuando presentamos nuestras úplicas a Dios, lo hacemos porque creemos en la misericordia de Dios; pero pronto emergen las preguntas y las dudas, la ansiedad y la inquietud: ¿Hasta cuando tendré que esperar...? ¿Escucha realmente Dios mis súplicas... ?
El salmista nos invita a confiar en nuestro Dios y nos recuerda que Él "no ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados"
La misericordia de Dios es real, es eterna, no se da con medidas, no es algo que solo a veces se de. Es una característica de
la naturaleza de Dios.
En el libro de Hebreos se nos dice:
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro"
No hay comentarios:
Publicar un comentario