Pero yo siempre tendré esperanza,
y más y más te alabaré.
Salmo 71: 14
Una de las grandes bendiciones de la alabanza a Dios es que nos permite renovar nuestra esperanza. Cuando alabamos a Dios, algo en el alma renace, como si fuese la respuesta de Dios mismo a la acción de reconocer su grandeza. También porque Él es Vida y Amor que se derrama en bendición.
Cuando alabamos al Señor somos en esencia nosotros mismos, aquietando el corazón, dejando el "hacer" para sentir que estamos en contacto con nuestro Padre Eterno; y ese sentimiento es como un manto de paz que nos envuelve. Todo lo demás puede esperar; todo lo demás queda sujeto a la soberanía de Dios Todopoderoso.
Más y más te alabaré. Creo que el salmista nos invita a renovar nuestra esperanza en Dios mediante la alabanza. Esta adoración creciente nos puede llevar a ser cada vez más conscientes de la grandeza de Dios, abriéndonos al mundo espiritual, guiados por su santo Espíritu.
Para adorar a Dios hoy, recurro a las palabras del Libro de Apocalipsis
La bendición, la gloria,
la sabiduría, la acción de gracias,
la honra, el poder y la fortaleza
sean a nuestro Dios
por los siglos de los siglos
¡Amén!
Foto: Jenna Westra
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