martes, 14 de enero de 2014

Expectativas de gozo

Ahora, Señor, haz volver a nuestros cautivos
como haces volver los arroyos del desierto.


El que con lágrimas siembra,
con regocijo cosecha.

El que llorando esparce la semilla,
cantando recoge sus gavillas.

salmo 126:4-6


El que con lágrimas siembra,
con regocijo cosecha.

En estos versos el salmista nos describe la difícil senda de los que deciden vivir la aventura de la fe, comprometidos con el Señor. Un camino estrecho; un pasadizo bordeado, por un lado,  por la memoria de los grandes hechos del pasado que nos devolvieron la libertad, y por el otro, la esperanza concreta en las promesas de Dios, que sin importar lo que esté ocurriendo, el resultado será semejante al del que con lágrimas  siembra pero 
con regocijo cosecha.

El gozo no depende de si tenemos suerte para escapar de las dificultades, así como tampoco depende de nuestra buena salud, o de evitar el dolor, o de negar los problemas. El gozo del Señor es real aun en medio del dolor. Esta puede ser una frase carente de  veracidad para cualquier persona que no ha experimentado la misericordia de Dios. 
Porque el gozo del Señor no es un "pack", o un  "ofertón" que se adquiera en algún lugar "sagrado", y tampoco es una formula o receta que se pueda seguir. El gozo del Señor es la consecuencia natural del cumplimiento de la oración: 

Ahora, Señor, haz volver a nuestros cautivos
como haces volver los arroyos del desierto.

Desde esta perspectiva se puede entender que un hombre prisionero, en una celda inhóspita, húmeda y oscura pueda aconsejarnos:

Alégrense siempre en el Señor. 
Insisto: ¡Alégrense! 
Que su amabilidad sea evidente a todos. 
El Señor está cerca. 
No se inquieten por nada; 
más bien, en toda ocasión, 
con oración y ruego, 
presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 
Y la paz de Dios, 
que sobrepasa todo entendimiento, 
cuidará sus corazones 
y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Apóstol Pablo a los Filipenses 4:4)


foto: fuente

4 comentarios:

Clarissa Rodriguez dijo...

Hace algunos años (julio de 2010) escribí una lista de las cosas que me hacían sentir algo muy parecido a la felicidad. Fue un ejercicio inspirado en un texto que decía que “A vivir contento se aprende, La gratitud, el optimismo y saborear la vida son actitudes que ayudan a ser feliz”

De esa lista he rescatado aquellas que aun me reportan lo mismo. Pero sin duda nuestro Buen Padre Dios, cada día nos sorprende con nuevas alegrías.
¿Tienes tu propia lista?

Aquí está la mía:
-Una toalla tibia, en invierno, después de la ducha
-Reencontrar algún libro
-Mis viejas zapatillas
-Mi pijama
-Ver la lluvia desde mi ventana
-La música antigua y la música nueva
-Nuevos brotes y capullos en mi jardín
-El follaje limpio después de la lluvia
-Ver dormir a mi hija
-Mirar a los ojos de mis hermanos
-El abrazo de mis hermanas
-Un mensaje de alguien que amo
-La sonrisa de un desconocido
-Internet y todas las nuevas herramientas de comunicación
-El sosiego y la meditación
-El Sermón del Monte, especialmente las Bienaventuranzas
-Comprender
-Entender que Dios puede ser Padre y Madre a la vez
-Un pajarillo que vino a tomar agua
-El cielo traslúcido de Temuco
-La luz de la luna sobre mi jardín
-El silencio justo después de una oración…

Rosa dijo...

Coincido, es igual, me he quedado sorprendida. Clarissa, qué cosas pasan...añado, encontrarme a mis alumnos de años anteriores, que nos abracemos con cariño y nos digamos todo en ese abrazo, me hace muy feliz; y leer a san Agustín, a santa Teresa, a san Juan de la Cruz, a san Francisco, a san Pedro Poveda... leer a los santos, me hace muy feliz; y mirar a mis niñ@s de la catequesis, que son un cielo y un regalo; ser voluntaria en Cáritas, me hace muy feliz, y recordar a mis seres queridos, a mis amig@s...sentir al lado a mi marido y ver crecer a nuestras hijas, mirarlas cuando duermen...también las miro, las arropo...Clarissa, qué bonito lo que has dejado, me has hecho muy feliz...

Un beso, querida amiga; siento una sensación, en estos momentos, de estar muy cerca de ti...los blogs son un mundo maravilloso...

Clarissa Rodriguez dijo...

Rosita, tus visitas me hacen muy feliz...

Creo que las "coincidencias" tienen mucha relación con el Espíritu de Dios que habita en nuestros corazones.

Cuando pasas por aquí, tu huella luminosa se percibe... a la distancia

Querida amiga, gracias por tu amistad que es una bendición

Rosa dijo...

Siempre lo he pensado y sentido, que eras una bendición; contigo comencé a leer los salmos y con Hoja, el Rosario, es algo inmenso para mí...

Gracias. Un beso muy fuerte.

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