viernes, 17 de enero de 2014

Alegría y prosperidad


Dichosos todos los que temen al Señor,
los que van por sus caminos.
Lo que ganes con tus manos, eso comerás;
gozarás de dicha y prosperidad.
En el seno de tu hogar,
tu esposa será como vid llena de uvas;
alrededor de tu mesa,
tus hijos serán como vástagos de olivo.
Tales son las bendiciones
de los que temen al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,
y veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
Que vivas para ver a los hijos de tus hijos.

¡Que haya paz en Israel!

Salmo 128



Dichosos todos los que temen al Señor,
los que van por sus caminos.

Este salmo nos presenta el  ideal de la felicidad para el pueblo hebreo: una familia numerosa, larga vida y una mesa llena de uvas y vástagos de olivo. 
En el centro de la felicidad está el temor al Señor. Un temor que se manifiesta en reverencia y gratitud.

Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. Son dichosos porque disfrutan la bendición de Dios. La Biblia nos muestra a lo largo de sus páginas que no hay mayor felicidad para un ser humano que contar con la bendición de Dios. La galería de héroes bíblicos, todos, recibieron la promesa de la bendición de Dios.
La bendición de Dios no es algo externo, puntual o pasajero. No se trata de tener "un buen día" o "un golpe de suerte". Es algo mucho más profundo y duradero: es fuerza vital y fortaleza, con la garantía de un Dios que multiplica sus dádivas generosamente.

Al comienzo de su "Sermón del monte" (Evangelio según San Mateo, cap. 5) nuestro Señor Jesucristo señaló explícitamente el camino de la alegría y la prosperidad diciendo:
Dichosos los pobres en espíritu,
porque el reino de los cielos les pertenece.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los humildes,
porque recibirán la tierra como herencia.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los compasivos,
porque serán tratados con compasión.
Dichosos los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque el reino de los cielos les pertenece.

Pintura: "Mi familia"
Joaquin Dorolla

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