jueves, 16 de enero de 2014

Una herencia de vida

Los hijos son una herencia del Señor,
los frutos del vientre son una recompensa.


Como flechas en las manos del guerrero
son los hijos de la juventud.


Dichosos los que llenan su aljaba
con esta clase de flechas.
No serán avergonzados por sus enemigos
cuando litiguen con ellos en los tribunales.

Salmo 127: 3-5




Los hijos son una herencia del Señor


El contexto histórico de estos salmos (120 al 134) que hemos estado revisando, está centrado en el peregrinaje que el pueblo hebreo realizaba para acudir al templo en Jerusalén. De distintos puntos geográficos se juntaban, probablemente familias completas, algunos con grandes sacrificios, y se acompañaban en el trayecto mientras entonaban estos salmos. Desde esta perspectiva, al leer nuevamente este hermoso salmo 127 podemos suponer la alegría de aquellos  que entonaron por primera vez este cántico, luego de "ponerse al día" con las novedades familiares, concluían en forma espontánea:  Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles.

Una casa representa una familia y una familia coloca en el centro de atención a los hijos. - que si han crecido, si son buenos hijos o no lo son -, en fin, son muchos los pormenores que llenan la cotidianidad de una familia. 

Para estos peregrinos,  el quehacer de cada día y todos sus esfuerzos para "construir" la familia se encontraba "en el trayecto", en la periferia de la casa-ciudad-templo, y en el centro, como un corazón que palpita con alegría, está toda la obra de Dios mismo.

En un sentido mucho más amplio, nosotros somos esos peregrinos, que necesitan "construir" una alabanza y adoración a Dios, mientras Él se ocupa de guardar nuestra casa. En este trayecto, nos encontramos con muchas personas que pasan a convertirse en nuestra familia, hijos e hijas, hermanos y hermanas, tal como lo enseñó Jesús. Seremos dichosos teniendo muchos hijos, porque son una herencia del Señor.

El profeta Isaías nos muestra una promesa:
Y todos tus hijos serán enseñados por el Señor; 
y se multiplicará la paz de tus hijos.
Libro del Profeta Isaías 54:13


Pintura: Rosa Petherick

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