miércoles, 24 de octubre de 2012

Por el desierto





¡Aleluya!
...
Al que pastoreó a su pueblo
por el desierto.
porque para siempre
es su misericordia.
Salmo 136: 16

Son muchas, incontables, las misericordias con las cuales Dios pastoreó a todo el pueblo de Israel, en el desierto; una región tan grande en la que no hay provisiones  ni para un solo caminante. Todos sabemos que Dios proveyó protección, sombra durante el día y calor durante la noche, pan, agua y carne. Pero hay otros detalles menos conocidos que hablan de esa misericordia; dice el relato bíblico que estuvieron "durante cuarenta años en el desierto, sin que sus vestidos hayan envejecido... ni su calzado haya envejecido sobre vuestro pie" (c.f. Deuteronomio cap. 39)

En en ámbito espiritual, nosotros transitamos por la aridez del desierto. Pero Dios en su infinita misericordia nos provee protección, alimento, sustento, paz, y todo lo necesario. Nos rodea con su inmenso amor y nos viste con ropajes y calzado apropiado para la marcha.
Quizás el mayor bien es el agua de Vida que brota de la Roca que es Cristo. Mientras caminamos, trabajamos, estudiamos o en cualquier actividad diaria, podemos sentirnos a salvo y seguros porque Él nos brinda su misericordia eterna, la misma que nos conduce a nuestra tierra prometida.


Pintura: Kiéra Malone


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