domingo, 22 de enero de 2012

Ordenado y limpio



¡Crea en mi, Dios,
un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto
dentro de mí!
Salmo 51: 10

Una y otra vez vuelvo sobre este verso del Salmo 51. Uno de los salmos más intensos, en súplica de perdón.
En esta oportunidad me llama la atención la necesidad del salmista de dejar atrás todo; ¿volver a ser niño?


A través de los siglos, son muchas las personas angustiadas por sus fracasos morales, que han encontrado en este salmo la expresión vívida de sus sentimientos más profundos de arrepentimiento. Es este sentimiento (arrepentimiento) el que permite y posibilita la obra redentora de Dios.


Se trata de la necesidad de purificación, un sentido de pulcritud espiritual que por más que se afane el hombre no la podrá conseguir. Es Dios Todopoderoso y sólo Dios, quien puede dar a la existencia algo nuevo y maravilloso: la renovación espiritual.

En el principio, Génesis dice que "la tierra estaba desordenada y vacía"; allí la voz de Dios ordenó el caos y creó todo lo que existe. Así también en nuestro interior, Dios puede traer el orden necesario y crear un corazón limpio, sensible y humilde, obediente y recto.

Oh Señor, ¡Crea en mi un corazón limpio!


pintura: Gustav Pope

2 comentarios:

Gladys Lavanderos dijo...

I love this Psalm.....

Clarissa Rodriguez dijo...

Me too!

A hug, Glad-y-s

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