martes, 15 de noviembre de 2011

El Tiempo



No me deseches en el tiempo de la vejez
Cuando mi fuerza se acabe,
no me desampares.
Salmo 71:9


Esta es la oración de un hombre sabio que es capaz de expresarle a Dios unos sentimientos que difícilmente estamos dispuestos a reconocer, en voz alta: el temor a la vejez. Más aun, cuando una de las grandes preocupaciones en nuestra sociedad actual es mantener un aspecto joven y dinámico, tanto en hombres como mujeres.


El ciclo de la vida fue establecido por Dios en su diseño original. Pero no sólo en los seres humanos, sino también en todos los seres vivos. 
El salmista parece estar invadido por ese sentimiento de indefensión que surge ante la posibilidad de perder la autonomía o la pérdida de la salud.


Dios, que conoce todas nuestras necesidades es también bondadoso y ha previsto cada una de las etapas de nuestra vida.
Hay mucha esperanza también en este salmo, especialmente cuando el mismo autor dice: "en ti he sido sostenido desde el vientre. Del vientre de mi madre Tú fuiste el que me sacó, para Ti será siempre mi alabanza"


Un amigo mio decía "quien no llega a viejo tiene pena de muerte". Puede parecer muy obvio pero es así. Dios sigue sosteniendo nuestra vida al igual que toda su creación.


Estudio - retrato de María Zambaco
Edward Burne-Jones


1 comentario:

Gladys Lavanderos dijo...

Que llindo escuchar estas palabras, especialmente cuando uno se siente de alguna manera desplazado por la gente mas joven. Cuando uno siente que como a esta altura de la vida uno ha terminado su labor y no queda nada mas que esperar la muerte. Dios es grande, Dios es bueno, Dios siempre riene una tarea para que uno cumpla y se sienta siempre util y valore la vida. Gracias Clarisa por este recordatorio. TQM

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