lunes, 22 de agosto de 2011

Alabaré



Alabaré yo el nombre de Dios
con cántico,
lo exaltaré con alabanzas
Salmo 69:30

Cuando el corazón está pleno y sentimos que todo está bien, surge en forma espontánea la alabanza a Dios. Pero otra cosa es articular una alabanza, un cántico, una expresión de gratitud, cuando nuestra "normalidad" se ve interrumpida, y van surgiendo cosas o circunstancias que nos incomodan 
(como este cambio de hora en Chile).
Lo que surge en esos momentos, frecuentemente es una queja.


El salmista se propone alabar a Dios; es una decisión. Una alabanza es como un viento fresco que despeja las nubes, como una brisa de otoño que barre las hojas caídas, como un rayo de sol que entibia un día de invierno.

¡Hoy es un buen día para alabar a Dios!


Ilustración
Walter Crane

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