Tú, Señor, me llenas de alegría con
tus maravillas,
por eso alabaré jubiloso las obras
de tus manos.
Salmo 92: 4
Las cosas que nos "llenan" el alma, el corazón o las emociones, son cosas que responden a necesidades conscientes o inconscientes. En ese sentido me parece que la necesidad natural, para todos los seres humanos, es la comunión con Dios.
Si somos fieles a la ley moral que habita en nuestro corazones, siempre podremos recrearnos en las obras maravillosas de Dios que nos remiten a su inmenso amor y su sabiduría infinita. Una y otra vez podemos volver a deleitarnos en la naturaleza y sus detalles, el paisaje y su ritmo continuo de cambio y hermosura; de esa observación emerge un canto sin palabras que nos trae el gozo que Dios puso en toda su obra, cuando la inició "y vio Dios que era buena"
Debido a nuestra naturaleza "caída", debido a la ruptura de la relación perfecta entre Dios y el hombre en el Edén, nos cuesta perseverar y ser fieles al Señor. Nuestros ojos se posan en atractivos efímeros; nos dejamos seducir por conceptos que nos parecen los mejores, vamos en pos de "voladores de luces" que nos desvían de la Luz verdadera. Son distracciones que nos permitimos; son desvíos o atajos en el camino que de pronto nos llevan lejos del Señor.
En la medida que somos llenos de la alegría y el gozo que Dios nos regala, podemos permanecer firmes, porque nuestras necesidades están resueltas, nos sentimos plenos, completos, rodeados por el amor de Dios; así nace la alabanza, la adoración continua a nuestro Dios. Este puede llegar a ser un circulo virtuoso que alimenta y sustenta nuestra fe y nuestro ser espiritual.
Tú, Señor, me llenas de alegría con
Debido a nuestra naturaleza "caída", debido a la ruptura de la relación perfecta entre Dios y el hombre en el Edén, nos cuesta perseverar y ser fieles al Señor. Nuestros ojos se posan en atractivos efímeros; nos dejamos seducir por conceptos que nos parecen los mejores, vamos en pos de "voladores de luces" que nos desvían de la Luz verdadera. Son distracciones que nos permitimos; son desvíos o atajos en el camino que de pronto nos llevan lejos del Señor.
En la medida que somos llenos de la alegría y el gozo que Dios nos regala, podemos permanecer firmes, porque nuestras necesidades están resueltas, nos sentimos plenos, completos, rodeados por el amor de Dios; así nace la alabanza, la adoración continua a nuestro Dios. Este puede llegar a ser un circulo virtuoso que alimenta y sustenta nuestra fe y nuestro ser espiritual.
Tú, Señor, me llenas de alegría con
tus maravillas,
por eso alabaré jubiloso las obras
de tus manos.
Pintura: Gatón Bussière
2 comentarios:
Clarissa, me encantan los salmos y tus comentarios.
Te deseo un buen fin de semana.
Un beso muy fuerte. Me voy a la montaña.
Muchas gracias Rosita por tu visita.
Es una alegría muy grande encontrate aca.
Qué delicia "tu montaña". Que disfrutes tu fin de semana!
Un abrazo muy grande
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