Que tu gran Amor, Señor, nos
acompañe,
tal como lo esperamos de ti
Salmo 33: 22
Sentir la compañía del Señor es una gran bendición. Nuestra vida es pasajera y mientras caminamos el Señor provee, con su compañía, todo lo que necesitamos: es Luz que despeja la oscuridad de las dudas, es Agua de Vida que refresca y revitaliza nuestro ser espiritual y es Pan que nutre, alimenta y fortalece.
Todas nuestras expectativas están puestas en el Señor, en su poder y su gran Amor. Podemos esperar confiadamente porque su bondad y su misericordia no nos abandonan.
Sólo falta la decisión de caminar junto a Él y también la sensibilidad de un corazón limpio que es capaz de entregarse al gozo de su santa compañía.
¡Oh Señor, Que tu gran Amor
nos acompañe!
nos acompañe!
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