¡Sea exaltado tu glorioso nombre,
que está por encima de toda
bendición y alabanza!
Nehemías 9: 5
Estos versos son parte de un sentido poema de adoración a Dios, del pueblo de Israel, en el momento histórico cuando ha recuperado la comunión con su Dios, después de largos años de cautiverio y sufrimiento en Babilonia. El libro de Nehemías nos relata cómo las murallas de Jerusalén fueron reconstruidas y el emocionante reencuentro con la Palabra de Dios. Las Sagradas Escrituras fueron leídas ante todo el pueblo con devoción, con profundo respeto y recogimiento. La gente lloraba de emoción y entonces surge esta canción que nos recuerda los Salmos. Un verdadero reencuentro con Dios y el gozo del perdón.
Sea exaltado tu glorioso nombre. Dios debe ocupar el lugar que le corresponde en el corazón de sus hijos, como Dios único, eterno, fiel y verdadero. He escuchado contar que en la antigüedad había personas que dedicaban su vida a servir en el templo y, muchas veces, debían transcribir los textos sagrados, entonces cuando les tocaba escribir la palabra con el nombre de Dios, antes de hacerlo, lavaban la pluma. Al margen del posible ritualismo que este gesto pueda significar, nos muestra la gran reverencia y el temor reverente que había en el corazón de aquellos hombres.
...Nombre que está por encima de toda bendición y alabanza. Sólo el dulce nombre del Señor está por sobre cualquier palabra de bendición o la más sublime palabra de adoración. El bendito nombre de nuestro Dios, "nombre que es sobre todo nombre", es una bendición en si mismo.
Muchos de los salmos recogen esta actitud de completa adoración, veneración, respeto y devoción ante Dios Todopoderoso. A modo de ejemplo cito:
Bendito Jehová Dios,
el Dios de Israel,
el único que hace maravillas.
¡Bendito su nombre glorioso
para siempre!
¡Toda la tierra sea llena
de su gloria!
¡Amén y Amén!
Salmo 72: 18, 19
Creo que es oportuno revisar mi propio lenguaje ante Dios; ser más consiente de mi propio concepto del Dios único y verdadero, mi Dios, para vivirlo con más temor reverencial y traer más adoración a la oración de cada día.
¡Sea exaltado tu glorioso nombre,
que está por encima de toda
bendición y alabanza!
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