Abridme las puertas de la justicia;
entraré por ellas y alabaré al Señor.
Salmo 118: 19
Abridme las puertas de la justicia. El Evangelio según San Juan registra lo que Jesús dijo de si mismo: "Yo soy la puerta: el que por mi entre será salvo". Esa puerta fue abierta para todos nosotros, con santidad y justicia, aquella tarde cuando todo el
universo escuchó la voz desde una cruz que decía: "consumado es".
universo escuchó la voz desde una cruz que decía: "consumado es".
Entraré por ellas y alabaré al Señor. Según el Salmo 24 sólo
"el limpio de manos y puro de corazón", podrá cruzar el umbral para adorar al Señor.
"el limpio de manos y puro de corazón", podrá cruzar el umbral para adorar al Señor.
No hay forma de lograrlo por nuestros propios medios, o con nuestros propios recursos. Mientras la puerta permanezca abierta hay tiempo para que nuestras manos sean lavadas y nuestro corazón sea purificado.
¡Oh Señor, que tu misericordia nos abra la puerta para ser limpios
y entrar a tu santuario!
¡Oh Señor, que tu misericordia nos abra la puerta para ser limpios
y entrar a tu santuario!
Ilustración de Helen Stratton
1891 - 1925
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