Jehová guarda a los sencillos;
estaba yo postrado, y me salvó.
Salmo 116: 6
Este Salmo 116 es un poema de acción de gracias
por haber sido librado de la muerte.
Son muchas las ocasiones a lo largo de nuestra vida en que nos sentimos enfrentando la muerte. A veces es una enfermedad, o bien circunstancias o eventos familiares que nos dan la sensación de estar ante algo que sobrepasa nuestras capacidades y recursos.
Jehová guarda a los sencillos. En otra versión bíblica leemos: El Señor protege a los que tienen fe como un niño.
¿Cuál es esa clases de fe?
La sencillez de un niño no está contaminada con la memoria de eventos pasados; tampoco tiene dudas o temores en relación con lo que podría suceder. La fe de un niño es confianza plena.
Para el salmista es sencillo: estaba postrado, seguramente sintiéndose morir, y el Señor lo levantó, y dice: estaba yo postrado, y me salvó.
Cada vez que confiamos en el Señor, con sencillez, Él acude actuando a nuestro favor, y además nuestra fe se acrecienta, se fortalece y se vuelve poderosa en el Señor.
¡Oh Señor, que hoy yo pueda confiar en ti
con la fe de un niño!
Pintura: Emile Munier
1840 - 1895
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