Los que miraron a Él
fueron alumbrados
y sus rostros no fueron
avergonzados
Salmo 34: 5
La luz del Señor ilumina nuestra vida cuando fijamos la mirada en Él. Una luz como el mediodía que nos permite caminar con seguridad, optimismo, alegría y esperanza.
Ser alumbrados es parte de la protección que Dios da a sus hijos; caminamos firmes y seguros porque, como lo dice el mismo salmista, Él guarda todos nuestros huesos y ni uno de ellos será quebrado.
¡Oh Señor, fijamos hoy nuestra mirada en Ti!
¡queremos ser alumbrados por tu santa presencia!
La luz del Señor ilumina nuestra vida cuando fijamos la mirada en Él. Una luz como el mediodía que nos permite caminar con seguridad, optimismo, alegría y esperanza.
Ser alumbrados es parte de la protección que Dios da a sus hijos; caminamos firmes y seguros porque, como lo dice el mismo salmista, Él guarda todos nuestros huesos y ni uno de ellos será quebrado.
¡Oh Señor, fijamos hoy nuestra mirada en Ti!
¡queremos ser alumbrados por tu santa presencia!
Ilustración de Ilon Wikland
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