A ti clamaré, Jehová.
¡Roca mía,
no te desentiendas de mí,
no sea que, dejándome Tú,
llegue a ser semejante a los que
descienden al sepulcro!
Salmo 28: 1
Este mismo verso en otra versión (NTV), dice:
"A Tí elevo mi oración, oh Señor, roca mía;
no cierres tus oídos a mi voz.
Pues si guardas silencio,
mejor sería darme por vencido y morir."
Hay muchos momentos en que sentimos la fragilidad de la vida; sentimos que la muerte es una realidad cercana; y puede parecer contradictorio, pero es justo en esos momentos cuando la eternidad de Dios es también muy real. Él es la Roca Eterna que sustenta y da seguridad a nuestra vida. En Él está nuestra fortaleza, nuestro refugio y nuestro canto de victoria.
¡Bendito sea el Señor, que escucha nuestros ruegos!
Este mismo verso en otra versión (NTV), dice:
"A Tí elevo mi oración, oh Señor, roca mía;
no cierres tus oídos a mi voz.
Pues si guardas silencio,
mejor sería darme por vencido y morir."
Hay muchos momentos en que sentimos la fragilidad de la vida; sentimos que la muerte es una realidad cercana; y puede parecer contradictorio, pero es justo en esos momentos cuando la eternidad de Dios es también muy real. Él es la Roca Eterna que sustenta y da seguridad a nuestra vida. En Él está nuestra fortaleza, nuestro refugio y nuestro canto de victoria.
¡Bendito sea el Señor, que escucha nuestros ruegos!
Pintura: Pedro Lira
Artista chileno
1845 - 1912
2 comentarios:
Amén a tu palabra Clarissa, da tanta paz a nuestro corazón cuando tenemos un Dios tan grande que escucha siempre el clamor de sus hijos. Me encantó esta entrada. Dios te bendiga. Desde Argentina: Tere
Gracias Tere por tu visita.
Y gracias por tu amable comentario.
Día a día podemos confiar y caminar sabiendo que Dios escucha nuestros ruegos. No estamos solos.
Un abrazo, Tere
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