miércoles, 6 de noviembre de 2013

En esta tierra



Pero de una cosa estoy seguro;
he de ver la bondad del Señor
en esta tierra de los vivientes.
Salmo 27: 13

Es interesante cómo la reflexión del salmista nos guía a confrontar el mundo espiritual con las circunstancias reales y cotidianas. Son mundos muy distintos y sin embargo la expresión:  "estoy seguro... de ver la bondad del Señor en esta tierra" nos revela, una vez más,  que Dios tiene dominio de todo lo que existe y de toda la humanidad. La bondad de Dios no es una ilusión, o un consuelo más o menos romántico y etéreo; o algo que se dice para referirse sólo a la vida espiritual.

La bondad del Señor se puede ver a diario y de muchas maneras. La vemos, por ejemplo, cuando la comida se multiplica para satisfacer a la familia y alcanza para compartir con el necesitado; está presente cuando podemos mirar una foto y revivir momentos felices, y cuando volvemos en paz al reposo del hogar, después de un día laborioso.
Para mi hoy,  la bondad del Señor la vi reflejada en 
los pequeños capullos de mis peonías...
Pero, sin duda, la bondad de Dios es mucho más de lo que podríamos enumerar o mencionar. Se manifiesta especialmente cuando vemos que Él atiende nuestras súplicas obrando poderosamente a nuestro favor, con pequeños o grandes milagros, tal como lo dice el profeta Isaías: "se alegrarán el desierto y el sequedal; se regocijará el desierto y florecerá como el azafrán" (Libro de Isaías 35:1). - El dueño del desierto florido es también el dueño de nuestra vida, nuestro guardador y protector.

Nuestra esperanza está en Dios Todopoderoso que muestra su bondad infinita, ahora mismo, en nuestros días, en nuestras circunstancias. Por eso el salmista dice:

Pero de una cosa estoy seguro;
he de ver la bondad del Señor
en esta tierra de los vivientes

Pintura: Hans Dahl

1 comentario:

Sarai dijo...

Amen! La he visto, la veo y por fe Creo que la seguire viendo!

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