Dios es el rey de toda la tierra;
por eso, cántenle un salmo
solemne.
Salmo 47:7
Las fiestas solemnes en la historia del pueblo de Israel tenían una connotación histórica. Estaban dedicadas a celebrar algunas de las intervenciones de Dios más extraordinarias y sobrenaturales que ellos habían vivido.
En este salmo encontramos una idea un poco más amplia: Celebrar a Dios con solemnidad por el sólo hecho de ser nuestro Dios y Padre. Esta idea nos lleva a revisar nuestra actitud ante Dios quien es el Rey de toda la tierra.
Hay algo solemne en los amaneceres, como es también solemne el ritmo del mar y el ciclo de las estaciones el año. Esa solemnidad se parece al gesto del alma cuando reconoce en la creación, la huella perfecta de Dios mismo.
El poeta chileno Vicente Huidobro, en el primer Canto de su obra "Altazor", nos conduce cerca de ese espacio de solemnidad del que nos habla el salmista - Huidobro dice:
"Quiero darte una música de espíritu
Música mía de esta cítara plantada en mi cuerpo
Música que hace pensar en el crecimiento de los árboles
y estalla en luminarias dentro del sueño.
Yo hablo en nombre de un astro por nadie conocido
Hablo en una lengua mojada en mares no nacidos
con voz llena de eclipses y distancias
Solemne como un combate de estrellas o galeras lejanas"
Quiero atender la voz del salmista y cantar un salmo solemne... a Dios que es el rey de toda la tierra
¡Oh Señor, al alabarte hoy no queremos
perder de vista tu grandeza, tu eternidad
y el esplendor de tu gloria!
¡Señor, te afrezco mi silencio solemne!
Pintura: William Wendt
2 comentarios:
Precioso, Clarissa.
No conocía este poema maravilloso. Lo guardo.
¡Feliz día y celebración de todos los santos!
Gracias Rosita por tu visita.
Espero que tu día haya sido precioso, con solemnes celebraciones y con grandes alegrías.
(Huidobro es maravilloso, aunque un tanto "surrealista").
Un abrazo muy muy grande, querida amiga
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