Cual ciervo jadeante
en busca de agua
así te busca, oh Dios, todo mi ser.
Salmo 42:1
Todos sabemos y entendemos la vital función que cumple el agua en la sobrevivencia de todas las formas de vida conocidas, incluida la humana; también sabemos que es un elemento purificador, especialmente en el lenguaje bíblico.
Para el salmista es urgencia, vital e imperiosa necesidad el agua espiritual cuya fuente es Dios mismo.
Dicen que los ciervos pueden detectar el agua a unos 15 km de distancia y que jadean o braman cuando tienen sed. Un ser humano deshidratado puede morir en un lapso de 3 a 5 días. Sin embargo hay que considerar que los síntomas de la deshidratación son percibidos después de haber perdido el 2 % del volumen de agua
que el cuerpo necesita.
Probablemente nuestra sed de Dios es también un síntoma que nos advierte que ya estamos en proceso de deshidratación espiritual.
Así como el agua quita la sed cuando la bebemos, nuestro Señor Jesucristo nos ofrece Agua de Vida cuando confiamos en Él, entonces la gracia y la misericordia de Dios se vuelven vitales para nuestro ser espiritual.
Es una gran bendición saber que la fuente del Agua de Vida es inagotable. Siempre está disponible y jamás pierde sus propiedades purificadoras, que refrescan el alma y revitalizan nuestro espíritu.
¡Oh Señor, Tú eres nuestra agua de Vida!
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