El viento sopla, y desaparecemos
como si nunca hubiéramos estado aquí.
Pero el Señor permanece
para siempre
con los que le temen.
¡Su salvación se extiende a los hijos
de los hijos
de los que son fieles a su pacto,
de los que obedecen sus mandamientos!
Salmo 103: 16, 17, 18
NTV
El viento sopla, y desaparecemos. ¡Qué frágil es nuestra vida! Somos vulnerables. Todo en nuestra vida es efímero pero Dios permanece para siempre; su Amor y su misericordia no se agotan. En nuestra realidad transitoria, y en nuestras debilidades es el Señor quien nos muestra sus verdades eternas; nos capacita para guardar sus mandamientos; nos mira con compasión y clemencia.
¡Su salvación se extiende a los hijos de los hijos...! Sin duda esta es una hermosa promesa para los que son fieles a su pacto. Podemos estar seguros que la vida de nuestras hijos está protegida por la misericordia de Dios y, el tiempo de nuestros hijos está escondido en la eternidad de Dios
Podemos hacer muchos esfuerzos y elaborar grandes estrategias para que nuestra vida "tenga sentido", para alcanzar el éxito o para sentirnos "plenos"; pero solo cuando nuestra voluntad, nuestro corazón y nuestra alma están sujetos a la misericordia de Dios, todo lo demás en nuestra vida queda ordenado según su santa voluntad; esta es la mayor bendición que alguien puede tener, porque se trata de una bendición que se multiplica de maneras insospechadas, alcanza a nuestros hijos
y a los que nos rodean.
¡Oh Señor, queremos escucharte y obedecerte
porque te amamos con todo los que somos!
Pintura: María L. Kirk
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