Mi victoria y mi honor provienen solamente
de Dios;
Él es mi refugio, una roca donde ningún
enemigo puede alcanzarme.
Salmo 62: 7
Podemos encontrar muchos refugios humanos para huir de nuestros dolores, aflicciones o tristezas, especialmente cuando nos sentimos sobrepasados e impotentes. Escapamos llenando nuestra vida con actividades, manteniéndonos ocupados, refugiándonos en alguna creencia; y otras maneras menos "saludables" que no mencionaré.
También podemos luchar con todas nuestras fuerzas y finalmente caer en la frustración.
También podemos luchar con todas nuestras fuerzas y finalmente caer en la frustración.
Para el salmista sólo Dios es un refugio seguro "donde ningún enemigo puede alcanzarme", por lo tanto en Él se siente completamente a salvo.
Cuando le entregamos nuestras cargas y reconocemos que "nuestros enemigos" nos sobrepasan, Dios mismo es quien se encarga de nuestras luchas y batallas personales, por eso el salmista dice: "Mi victoria y mi honor provienen
solamente de Dios"
El Señor, nuestro Padre Dios Todopoderoso, no solamente nos da la victoria que anhelamos, sino que nos devuelve un sentido de dignidad, validándonos como Hijos de Dios y esto nos brinda una íntima seguridad personal que se apoya en la Roca Eterna.
¡Si, solamente en Dios encuentro un refugio seguro!
Ilustración de Tasha Tudor
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