Me gozaré y alegraré
en Tu misericordia,
porque has visto mi aflicción,
has conocido las angustias
de mi alma.
Salmo 31: 7
El gozo y la alegría van de la mano especialmente cuando la misericordia de Dios nos alcanza. Su amor inagotable nos da la seguridad de sentirnos Hijos de Dios.
Es un gran consuelo saber que Dios conoce nuestros estados de ánimo, los momentos de debilidad, inquietud o angustia no le son desconocidos. Más allá de todas nuestras aflicciones Él ve la inmensa necesidad que tenemos de su consuelo, de su dulce compañía, de su abrazo amoroso y de la firmeza de su poder.
Muchas veces disfrazamos nuestros estados de ánimo. Hay personas que temen ser considerados débiles, y evitan mostrarse amables, bondadosos o condescendientes. Otras personas para encubrir su gran tristeza se muestran frías, distantes e incluso reaccionan con enojo. Pero Dios conoce lo que hay detrás de nuestras máscaras, ante Él todo queda en evidencia. El salmo 139 dice que Él nos conoce totalmente: "aún no está la palabra en mi lengua y ya Tú, Señor, la sabes toda"; Dios nos conoce "aunque en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra".
Su amor inagotable nos acoge tal cual como somos porque se compadece de nuestra pobre condición.
¡Oh Señor, Tú nos conoces y sabes cuánto te necesitamos!
Pintura: Georgette Piccon
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