Cantaré al Señor toda mi vida;
cantaré salmos a mi Dios mientras
tenga aliento.
Quiera Él agradarse de mi
meditación;
yo, por mi parte, me alegro en el
Señor.
Salmo 104: 33, 34
NVI
El Salmo 104 es un poema que exalta la creación como obra llena de la sabiduría de Dios, el gran Creador. Un detallado recorrido por cielo, mar y tierra, vida y muerte, aporta la luz necesaria para llenar el alma de reconocimiento y alabanza a Dios.
Cantaré al Señor toda mi vida. Esta canción surge en forma espontánea ante la majestad de Dios y su creación; nos damos cuenta de que es su generosa mano la que pone a nuestra disposición todo lo creado. Además, Él provee para cada necesidad de todo ser vivo y nos entrega su Amor y protección.
Cantar "salmos a mi Dios mientras tenga aliento", es la disposición de cantar siempre, en todo momento, en toda circunstancia, sabiendo que el poderoso Señor del universo, que tiene todo bajo su control, es quien nos sustenta. Cantar siempre en un acto de confianza y fe en Dios, entendiendo que nada escapa a su sabiduría y su dominio. No importa si es verano o invierno, si llueve o sale el sol, no importan las circunstancias; Dios seguirá sosteniendo su creación y también nuestra vida. Le cantamos porque merece nuestra alabanza y gratitud.
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El Salmo 104 es un poema que exalta la creación como obra llena de la sabiduría de Dios, el gran Creador. Un detallado recorrido por cielo, mar y tierra, vida y muerte, aporta la luz necesaria para llenar el alma de reconocimiento y alabanza a Dios.
Cantaré al Señor toda mi vida. Esta canción surge en forma espontánea ante la majestad de Dios y su creación; nos damos cuenta de que es su generosa mano la que pone a nuestra disposición todo lo creado. Además, Él provee para cada necesidad de todo ser vivo y nos entrega su Amor y protección.
Cantar "salmos a mi Dios mientras tenga aliento", es la disposición de cantar siempre, en todo momento, en toda circunstancia, sabiendo que el poderoso Señor del universo, que tiene todo bajo su control, es quien nos sustenta. Cantar siempre en un acto de confianza y fe en Dios, entendiendo que nada escapa a su sabiduría y su dominio. No importa si es verano o invierno, si llueve o sale el sol, no importan las circunstancias; Dios seguirá sosteniendo su creación y también nuestra vida. Le cantamos porque merece nuestra alabanza y gratitud.
Me alegro en el Señor. Es la alabanza a Dios lo que nos trae la alegría de vivir y, descubrir sus verdades eternas, meditando en ellas, es lo que nutre nuestra alabanza.
¡Oh Señor, que nuestra vida sea una canción de alabanza
a tu santo nombre!
¡Oh Señor, que nuestra vida sea una canción de alabanza
a tu santo nombre!
Foto: fuente
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