Él me esconderá en su
Tabernáculo en el día del mal;
me ocultará en lo reservado
de su morada;
sobre una roca me pondrá en alto
Salmo 27: 5
Todos hemos tenido, alguna vez, un día malo. Un día en que todo parece salir mal. Para el salmista también hubo un día malo, pero él encontró el mejor refugio posible al lado del Señor: "oculto en lo reservado de su morada"
En la antigüedad, para el pueblo de Dios, el Tabernáculo era el lugar santo, construido según instrucciones expresas de Dios. Nadie osaba entrar en el lugar santísimo, bajo pena de muerte. Pero si es Dios mismo quien esconde a sus hijos allí ¿quién podrá impedirlo? ¿quien se atrevería a molestarlos?
Me parece que el salmista nos muestra gráficamente, que Dios tiene sus métodos para hacernos sentir seguros. El Señor es, en si mismo, la roca eterna de nuestra seguridad. No existe un lugar mejor, donde sentirnos más protegidos.
Cuando nos acercamos a Él con nuestros temores, en el día malo, no sólo nos acoge, también nos consuela, nos da su paz y su Amor.
Cuando nos acercamos a Él con nuestros temores, en el día malo, no sólo nos acoge, también nos consuela, nos da su paz y su Amor.
El Salmo 91 comienza diciendo: "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente..."
¡Gracias Señor, porque nos ofreces la
seguridad que necesitamos!
¡Gracias Señor, porque nos ofreces la
seguridad que necesitamos!
Fotografía: Fan Ho
2 comentarios:
Siempre nos da seguridad, es nuestro refugio.
Un beso grande, querida Clarissa, y ¡feliz día!
Querida Rosita, gracias por tu fiel compañía.
Si, nuestra seguridad está en nuestro Padre Dios. Con Él todo está bien y en orden.
Un gran gran abrazo, querida amiga
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