Por tanto, a ti, Jehová, Señor,
miran mis ojos.
En ti he confiado:
no desampares mi alma.
Salmo 141: 8
Esta es una oración conmovedora y llena de fe en medio de grandes amenazas. El salmista desea mantener su corazón limpio y puro. La única forma es fijando la mirada en el Señor, dando espacio a su misericordia, esperando que Él intervenga con su poder y su justicia.
La mirada de compasión del Señor es nuestro sustento en las horas críticas, es la fuerza de la Verdad eterna, y también es el gozo del alma en el tiempo del bien.
El libro de Hebreos nos dice que Moisés "por la fe dejó Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible".
Lo grandioso es que cuando alzamos la mirada para buscar la protección del Señor, Él nos sale al encuentro. Tenemos su promesa: "Te haré entender y te enseñará el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Salmo 32)
¡Oh Señor, hoy quiero aprender a mirarte con todo mi corazón!
Esta es una oración conmovedora y llena de fe en medio de grandes amenazas. El salmista desea mantener su corazón limpio y puro. La única forma es fijando la mirada en el Señor, dando espacio a su misericordia, esperando que Él intervenga con su poder y su justicia.
La mirada de compasión del Señor es nuestro sustento en las horas críticas, es la fuerza de la Verdad eterna, y también es el gozo del alma en el tiempo del bien.
El libro de Hebreos nos dice que Moisés "por la fe dejó Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible".
Lo grandioso es que cuando alzamos la mirada para buscar la protección del Señor, Él nos sale al encuentro. Tenemos su promesa: "Te haré entender y te enseñará el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Salmo 32)
¡Oh Señor, hoy quiero aprender a mirarte con todo mi corazón!
Pintura: Sylvia Ji
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