Ciertamente
el bien y la misericordia
me seguirán
todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová
moraré por largos días.
Salmo 23: 6
A pesar de que este Salmo 23 es tan conocido y muchos de nosotros lo sabemos de memoria, no había notado que aquí, en esta afirmación hay también una promesa del Señor: Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.
Recientemente, una amiga viajó a visitar a su hija que vive fuera de Chile. Mi amiga que nunca antes había viajado al extranjero estaba con mucha ansiedad, pero el día antes de viajar la vi muy serena, tranquila y sonriente. Le pregunté como se sentía y me dijo ―Estoy muy bien, porque ya no viajo sola... el bien y la misericordia van conmigo.
Parece sencillo, pero muchas veces nos dejamos invadir por los temores y la ansiedad, sin detenernos para echar mano de lo que Dios tiene dispuesto para nuestra seguridad.
Cuando el bien y la misericordia nos acompañan todo está bien y en orden; y es una bendición que se derrama como una "copa rebosando".
El camino del bien y la misericordia nos conduce directamente a morar con nuestro Padre Celestial. En otras palabras, esta promesa está garantizada por su Amor y su misericordia.
A pesar de que este Salmo 23 es tan conocido y muchos de nosotros lo sabemos de memoria, no había notado que aquí, en esta afirmación hay también una promesa del Señor: Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.
Recientemente, una amiga viajó a visitar a su hija que vive fuera de Chile. Mi amiga que nunca antes había viajado al extranjero estaba con mucha ansiedad, pero el día antes de viajar la vi muy serena, tranquila y sonriente. Le pregunté como se sentía y me dijo ―Estoy muy bien, porque ya no viajo sola... el bien y la misericordia van conmigo.
Parece sencillo, pero muchas veces nos dejamos invadir por los temores y la ansiedad, sin detenernos para echar mano de lo que Dios tiene dispuesto para nuestra seguridad.
Cuando el bien y la misericordia nos acompañan todo está bien y en orden; y es una bendición que se derrama como una "copa rebosando".
El camino del bien y la misericordia nos conduce directamente a morar con nuestro Padre Celestial. En otras palabras, esta promesa está garantizada por su Amor y su misericordia.
Fotografía: Road in Autumn - MysteryWoman
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