Mi vida está de continuo en peligro,
mas no me he olvidado de tu Ley
Salmo 119:109
Desconozco las circunstancias que rodeaban al salmista y que lo hacían temer por su vida. Lo que es muy claro es su amor por la Ley de Dios, sus ordenanzas y mandamientos.
La belleza y la luz que emana de los mandamientos de Dios son más importantes que la vida misma.
En muchos sentidos nuestra vida está permanentemente amenazada y en peligro de muerte, aunque pocas veces somos conscientes de lo frágil que es la existencia humana. No hablo solo de los peligros en la carretera, o la amenaza de una enfermedad. Dicen los expertos prevencionistas, que el lugar donde puede haber más riesgos y peligros es en nuestro propio hogar; bastaría revisar lugares como la cocina, el baño, etc.
Nuestra vida es frágil y "nuestros días están contados" pero la Palabra de Dios, sus mandamientos y promesas permanecen para siempre. Cuando nos apegamos a la Ley de Dios nuestra vida queda guardada en la luz, podemos caminar tranquilos porque somos iluminados en medio del peligro; es la Ley de Dios la que nos puede ayudar a caminar sin tropiezos y seguros.
¡Oh Señor, gracias por tu Palabra
ayúdanos a no olvidar tus mandamientos!
Foto: National Portrait Gallery, London
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